Capítulo 17: Un paso adelante

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Spencer Reid

Con una sensación de determinación en el pecho, salí de la oficina de Penélope. La conversación aún resonaba en mi mente. Las luces del pasillo parpadeaban suavemente, y el eco de los pasos de mis compañeros se desvanecía a medida que me acercaba a la sala de descanso. Necesitaba encontrar a Ethan y hablar con él antes de que la ansiedad me consumiera por completo.

Al llegar, encontré a Ethan de pie frente a la cafetera, sirviéndose una taza. Su cabello castaño claro caía desordenadamente sobre su frente, y se notaba que estaba inmerso en sus pensamientos. La forma en que se movía, con la mirada perdida, me hizo recordar las conversaciones que habíamos tenido; esas que fluían con facilidad, como si nos conociéramos de toda la vida.

— Hey, Spencer —dijo Ethan, al notarme entrar, sonriendo de manera casual, aunque había un matiz de sorpresa en su voz.

— Hola, Ethan —respondí, tratando de mantener la calma. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho—. ¿Tienes un momento?

— Claro, ¿qué pasa? —preguntó, inclinándose ligeramente hacia adelante, mostrando interés genuino.

Respiré hondo. Era el momento de dejar de lado los temores y ser honesto.

— Quería hablar contigo sobre algo importante —comencé, sintiendo que mis manos se volvían un poco húmedas. — Creo que hay algo entre nosotros.

Ethan frunció el ceño, como si estuviera intentando descifrar mis palabras. El silencio se alargó, y cada segundo me parecía una eternidad.

— ¿Algo entre nosotros? —repitió, sus ojos escudriñándome en busca de respuestas.

Sentí que el calor subía a mis mejillas. Era ahora o nunca.

Justo cuando estaba a punto de responder, el sonido del teléfono de Ethan interrumpió el momento. Se giró rápidamente, una expresión de frustración en su rostro.

— Oh, lo siento, tengo que responder esto —dijo, sacando su teléfono del bolsillo. Su mirada se volvió seria y preocupada al ver quién llamaba.

— Claro —respondí, sintiendo cómo el nudo en mi estómago se apretaba.

Ethan contestó la llamada, y su voz cambió, volviéndose profesional y enfocada. Lo observé mientras hablaba, sus gestos eran firmes, su expresión se transformó en una máscara de concentración. El tiempo parecía detenerse nuevamente mientras el corazón me latía con fuerza.

No quería interrumpir, pero la frustración creció en mí. Había tenido el coraje de abrir mi corazón, y ahora todo parecía desmoronarse.

— Sí, entiendo. Estoy en camino —dijo Ethan, su tono serio y cortante. Luego, colgó y se volvió hacia mí, la chispa en sus ojos apagada por la urgencia de la llamada.

— Lo siento, Spencer, tengo que irme. Surgió algo personal.—dijo, su voz llena de disculpas, pero la intensidad de la situación lo dominaba.

— Oh... está bien —murmuré, sintiéndome frustrado y decepcionado. Las palabras que había querido decir se quedaron atrapadas en mi garganta.

— ¿Podemos hablar después? —preguntó, y su expresión mostraba una mezcla de preocupación y deseo de poder quedarnos.

— Claro —respondí, aunque no estaba seguro de si eso sería suficiente.

Ethan asintió y, antes de que pudiera agregar algo más, se dio la vuelta y se alejó rápidamente, dejando tras de sí un vacío en la sala de descanso.

Me quedé allí, con la adrenalina corriendo por mis venas y un torbellino de emociones en mi mente. Había esperado este momento, había estado tan cerca de dar un paso importante, y ahora se había desvanecido, como una brisa que se lleva las hojas secas.

𝑪𝒐́𝒅𝒊𝒈𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒂𝒕𝒓𝒂𝒄𝒄𝒊𝒐́𝒏 || 𝑴.𝑪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora