𝑪𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐 28

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Patricia estaba realizando una lectura de cartas a uno de sus clientes habituales, la puerta sonó y ella invito a pasar al recién llegado.
- Adelante, si gusta esperar en la sala estoy terminando una lectura.
- Tómelo con calma.
- Meghan! Bienvenida, en un momento más te atiendo.
- Descuide.
Después de media hora Patricia se sentó frente a Meghan para hablar.
- Como estas? Veo que las cosas funcionan bien con Danniel.
- Eh? Por qué lo dices?
- Tienes una dulce mirada, un brillo especial en tus ojos.
- No, se equivoca. Las cosas cosas con Danniel salieron mal.
- Que? Patricia bajo la mirada y notó que no llevaba el anillo.
- Quieres contarme.
- Si, necesito sacarlo de mí.
- Iré por un poco de té de rosas, ayudara para calmarte.
- Gracias. Patricia se puso de pie y fue a la cocina regresando con dos tazas de aroma dulce.
- Esta endulzado con miel especial. Meghan tomo su taza inhaló el aroma y dió un sorbo.
- Sabe delicioso.
- Cuéntame.
- Recuerda cuando me leyó las cartas?
- Si.
- Me encontraría con dos hombres uno llevaría una máscara haciéndose para por alguien que no es.
- Si, dijiste que ese era Gabriel.
- Puede que también lo sea, Pero ese hombre es Danniel.
- Cielos!
- Me engaño todo el tiempo, el sabía lo que era realmente, sabía que era una Meiga y que era muy poderosa. Solo quería enamorarme para utilizarme, por el bien de su manada. El nunca sintió nada por mi, solo me ilusión al creer que al fin tendría una familia. Y sabes que hizo también? Les dijo a toda su manada lo que haría pues el ya tenía a su luna y a ella también la obligó aceptarme. Ahora entiendo porque nunca le agrade, Pero no fueron culpa de ellos sino de ese imbécil de Danniel!!! Por eso jamás me dijo un te amo.
- Y tu lo amabas?
- ?! Eso no importa pues todo era falso!
- Entonces tu también fingias amarlo.
- Danniel me engaño todo el tiempo.
- Y como saliste de ahí?
- Los amenace con mi espada y les lance una poción que los debilitó, me fui de ahí a perderme en el bosque.
- Eso fue arriesgado.
- Creinque si, Pero Gabriel me encontró y me llevó a un lugar para descansar.
- A dónde?
- ... A un motel.
- Que?!
- Pero no pasó nada, el me respeto aunque yo... Me le insunue, solo quería sentirme querida y estaba muy ebria...
- Y te trajo aquí.
- Si.
- La diosa Luna es muy sabia en sus decisiones, por algo te emparejó con Gabriel, y si le das una oportunidad?
- No es tiempo para amores, decidí alejarme de todo, ir me a otra ciudad y permanecer oculta como una simple humana.
- ...es lo que quieres?
- Necesito estar tranquila.
- Y cuando te irás?
- Posiblemente en un mes, tengo que encargarme de algo que me encomendó Ciro.
- Ciro. Vendrá en dos días.
- Enserio?
- Si.
- Supongo que vendría aqui y luego iría conmigo.
- Ya le dijiste algo?
- No.
- Será un buen momento para hablar.
- Disculpe, quería pedirle si me permite usar su cocina.
- Mi cocina?
- Si, tengo que preparar una poción que me encargo Ciro y no quiero que Edith se involucre en esto.
- Claro, usala como quieras.
- Oh no! Me olvidé de Ivon.
- Ella ya no vive aquí.
- Como?
- Recuerdas al chico que conoció?
- Si.
- Pues fue amor verdadero.
- Oh, que felicidad para ella.
- Si, le leí las cartas y todo a punta que estará bien.
- Me alegro.
- Yo más... Todos cambia Meghan.
- Eh?
- La vida nos tiene preparado un camino para todos nosotros, nos pone en el, a las personas que tenemos que conocer, porque ellas nos ayudan a crecer, ya sea dándonos lecciones duras o momentos especiales. La diosa Luna es sabía, es poderosa, ella sabe porque hace las cosas. Tal vez tenías que pasar por todo para convertirte en la mujer que eres y seguirás mejorando haciendo más fuerte, mas inteligente.
- Se que tenemos que pasar por situaciones difíciles para formar nuestro carácter Pero creo que conmigo se pasó... Todo es muy doloroso.
- Pero así como la tormenta más cruel, también pasara y entonces disfrutaras de la tranquilidad de un nuevo día.
- Eso espero... Debo irme, iré a comprar unas cosas que necesitaré.
- Cuídate.
Meghan salió al centro por sus compras, luego de un rato decidió comer algo refrescante, llegó a una fuente de sodas y pido un helado.
Degustaba de su postre cuando sintió una punzada en su pecho que la llenaba de calidez.
- Hola.
- Gabriel. Que haces aquí?
- Esperé tu llamada o un mensaje...
- Es demasiado pronto.
- Lo sé, se que aún estás asimilando todo.
- Así es.
- Solo quería asegurarme que ese imbécil no te molestará.
- No lo hará si sabe lo que le conviene.
- Cierto, lo amenazaste con tu espada.
- Por la Diosa Luna, que más te dije?
- No pensé verte así, jamás.
- Por favor olvídalo.
- No, me encantó.
- Ya tienes material para burlarte.
- Jajaja no lo haré. Puedo sentarme?
- Aunque te diga que no lo haras de todos modos.
- Cierto. - Se sentó y de inmediato una mesera fue a tomar su pedido.
- Hola, bienvenido, que deseas tomar amigo?
- Lo mismo que ella.
- Enseguida te lo traigo. Le dijo con una sonrisa coqueta.
- Vaya que servicio y que amable chica.
- Enserio? A mí me pareció normal.
- Supongo que siempre te coquetean.
- Eso no fue coqueteo.
- No?
- Para nada.
- Ojalá el mesero de allá me hubiera atendido así. - Meghan señalo a un joven de cabello castaño, con una sonrisa amable, Gabriel volteo y lo miro con odio.
- Nadie puede sonreirte!
- Por que?
- Es como si se te insinuara. A caso te sonrió? - Se puso de pie e iba a caminar hacia el pobre joven que no se daba cuenta de lo que sucedía.
- Siéntate! - Habló fuerte y firme, el lobo obedeció inmediato sin darse cuenta que lo había hecho.
- Entiendo tu punto. - Dijo pensativo, luego sonrió de manera  pícara. - Eso significa que... Sentiste celos? Sonrió ante su ultima frase y un brillo de ilusión lleno su mirada.
- Que?! Hay por favor... No te hagas ilusiones. Solo fue un comentario para molestarte.
- Pues sabes que funcionó, no tolero la idea de que alguien te sonrisa, de que tú le sonrías a alguien más. Desearía que solo me vieras a mi, que solo me sonrieras a mi.
- Sabes que eso no sucederá. - Dijo sin mirarlo a los ojos. - Parece que dormiste bien, ya no se te ven esas enormes ojeras.
- Es porque he tenido dulces sueños.
- Ah sí?
- Tu me ayudaste.
- Yo?
- Esa noche en el hotel... Me pediste que te abrazará para dormir... Tu dulce aroma me relajo tanto que dormí tan profundamente como nunca. Ahora ese recuerdo lo recibo cada noche, solo así puedo dormir.
- ... No deberías aferrarte aún recuerdo.
- Es mi única forma de mantener mi estabilidad emocional.
- ... Escuché que has buscado pelea.
- Si se meten en mi territorio tengo que protegerlo, si se meten con lo mío los haré pagar.
- Te han lastimado... Le dijo observando las cicatrices visibles.
- Son mis medallas de guerra, prueba de que sobreviví a diferencia de esos débiles lobos.
- No deberías exponerte así.
- Nk tu tampoco.
- Yo puedo defenderme. Ahora tengo las habilidades para hacerlo.
- Aún así es arriesgado, esos lobos pueden deborarte.
- Que lo intenten. Si alguno me ataca me defenderé a como pueda.
- Si alguien te ataca solo grita mi nombre, yo iré a dónde tú estés para defenderte.
- No tienes porque hacerlo.
- Yo quiero hacerlo. Meghan aunque tú no me aceptes, aunque quieras mantener distancia, aunque te alejes, yo estaré a la distancia, siempre pendiente de ti, de tu seguridad de tu felicidad... Por eso no hice nada cuando decidiste irte con Danniel, y cuando me contaste lo que te hizo quise ir a matarlo lentamente, pero tu no me dejaste, me convenciste con tu malvado plan.
- No vuelvo a consumir esas vayas, no al menos que este sola encerrada en una habitación y sin nada que ponga en peligro a nadie.
- Jajaja descuida, estés como estés, yo siempre cuidare de ti.
La mesera regreso con el helado de fresa y chocolate con trozos de nuez, coloco el recipiente junto con una servilleta doblada, Meghan se dió cuenta de inmediato que en el papel la mesera había escrito su número de teléfono; Gabriel también se dió cuenta de ello, tomo la servilleta sin abrirla y limpió su lugar, luego arrigo el papel y lo dejo aun lado, sin importarle en contenido escrito.
- Noble interesa nadie más Meghan, si no eres tu, no será nadie.
La Meiga se sonrojo y volteo su rostro para evitar ser descubierta, pero algo llamo su atención, ella se quedo mirando a unos hombres que al parecer estaban tomando un café a dos locales de ellos.
- Meghan por favor te lo ruego, cuando estés conmigo aunque solo sea para charlar no voltees a ver a ningún otro hombre, porque me hierve la sangre y solo deseo acabar con aquel que me robe tus miradas.
- Esos hombres...
- Voy a matarlos.
- No percibes algo en ellos?
- Eh?.. No, son solo humanos, tienen un olor muy ligero a lavanda.
- Lavanda?
- Si. Sucede algo?
- Creo que son lobos.
- No pueden serlo no huelen como deberían.
- Debe ser mi imaginación.
- Si te sientes amenazada, solo llámame. En la mesa Meghan había dejado su celular, Gabriel lo tomo y marco su número.
- Oye.
- A hora tienes mi número y parece que no siquiera lo habías registrado.
- No, porque no se lo había pedido a Edith.
- Bueno ya tienes mi número y yo el tuyo.
- Y como ha estado tu madre?
- Mucho mejor, lo que hiciste por ella la ayudo, ella se ha curado.
- Me alegro.
- Mi padre está arrepentido por todo y mi madre se siente impotente, ella quería ayudarte, en verdad.
- Estaba molesta y dije cosas que no debería.
- No, dijiste todo lo que nos mereciamos.
Gabriel alzó la vista y vio a Joan acercarse a ellos.
- Creo que mi tiempo se acabó.
- Porque lo dices? Ella volteo y vio al beta acercarse a su mesa.
- Hola Meghan.
- Joan, hola.
- Gabriel, debemos irnos, los omegas me indican que han detectado a unos lobos acercarse a nuestro territorio.
- Van a empezar de nuevo? Maldición! Meghan tengo que irme, te escribiré más tarde, ojalá me respondas.
- Puedo ayudarles con esos lobos.
- No, no te pondré en riesgo. Además es algo que me compete solo a mí.
- Me sigues creyendo débil.
- No se trata de eso.
- Crees que no puedo defenderme?
- Se que si. Pero de esto se encarga el Alfa.
- Si te hieren, mándame un mensaje, yo podré curarte.
- Sabes que los lobos sanamos rápido.
- Si, Pero puedo hacer algo para que no te queden cicatrices.
- Ah... A caso no quieres que me maltraten?
- Vas a  empezar de nuevo? No sé porque te ofrecí mi ayuda. Olvida lo que dije.
- No lo haré porque es una clara muestra de que te preocupas por mi.
Se puso de pie y saco suficiente dinero para pagar la cuenta, se acercó a Meghan y de un movimiento rápido planto sus labios en los de ella, dió un paso atras con una sonrisa triunfante.
- Gabriel! Le reclamó
- Es para la suerte.
Los lobos se fueron de inmediato, Meghan se quedó sin moverse por unos segundos, luego pusoo sus dedos sobre sus labios y suspiró.

Continuará...

ꜱɪ ᴛᴇ ɢᴜꜱᴛᴏ ᴇꜱᴛÁ ʜɪꜱᴛᴏʀɪᴀ ᴛᴇ ɪɴᴠɪᴛᴏ ᴀ ʟᴇᴇʀ ᴍÁꜱ ᴇɴ ᴍɪ ᴘÁɢɪɴᴀ:

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La Meiga y el Lobo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora