❝¿Qué podría salir mal para Jungkook al tener que fingir ser el novio de su amiga que es lesbiana?❞
Hermosa portada, banner y separador hechos por: @sxnrics
• Heterosexual y Homosexual
• Contenido explícito
• Lenguaje vulgar
• Narrada en tercera pe...
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—Tómame, Megan. Mételo dentro de ti —pidió, con los ojos cerrados, con un tono casi suplicante, refiriéndose al acto de tenerla, de perderse dentro de ella. Pero dentro de sí, sentía cómo cada palabra lo hacía perder más el control, como si estuviera invocando su propio tormento—. Déjame sentir cómo me tomas, cómo te llenas de mí. No puedo esperar más.
Megan esbozó una sonrisa lenta, casi victoriosa, mientras lo observaba con una mezcla de deseo y ternura.
—¿No puedes esperar más? —Su voz salió suave, cargada de sensualidad, mientras sus movimientos continuaban provocándolo, jugando con su resistencia—. ¿Y qué pasa si yo quiero disfrutar un poco más de verte así... completamente a mi merced?
Sus dedos acariciaron su glande con un toque más firme, arrancándole un jadeo ahogado. Sentía cómo su cuerpo reaccionaba ante cada palabra, cada toque. Su pelvis se movió de forma involuntaria hacia ella, buscando más de ese contacto que lo estaba volviendo loco. La presión interna lo quemaba, y cada vez que sus caderas se movían, lo hacía con más desesperación.
—Pero está bien, Jungkook... Ya me hiciste esperar demasiado estos días. Ahora te daré todo de mí.
—Dios, Megan... —musitó, su voz entrecortada, apenas logrando mantener el control. Sentía cómo su cuerpo se tensaba, su respiración se volvía más errática. No podía detenerse, no quería detenerse—. Eres... Eres demasiado...
El deseo lo inundó por completo, y sus caderas siguieron moviéndose por instinto, buscando esa conexión, esa sensación de ser consumido por ella. La presión dentro de él se intensificaba con cada movimiento, con cada toque, llevándolo al borde de la locura.
Sin embargo, antes de que pudiera seguir hablando, Megan lo interrumpió, acercándose a él y besándolo con una intensidad que lo tomó por sorpresa. Sus labios se encontraron con fervor, como si ella intentara comunicarle todo lo que sentía en ese momento. Él, con un suspiro contenido, decidió actuar. Antes de seguir con más impaciencia, apartó una de sus manos de su propio cuerpo y la deslizó lento hacia ella, buscando esa sensación tan íntima. El calor de su piel, la humedad en su interior, hizo que él no pudiera evitar una ligera sonrisa de satisfacción. Sentirla tan receptiva, tan húmeda, lo hacía perder la razón.
Sin embargo, se detuvo un instante, evaluando la situación. Aunque eso facilitaría lo siguiente, quería asegurarse de que estuviera lista por completo, que no sintiera incomodidad alguna.
—Megan... —dijo con voz grave, su tono cargado de deseo y preocupación—, necesito que me dejes tocarte antes de... —Hizo una pausa, mirando sus ojos, buscando que lo entendiera. Comenzaba a sentirse nervioso—. Quiero que se sienta bien para ti.
Asintió con un leve temblor.
A pesar de la urgencia en su cuerpo, él movió sus dedos con suavidad, introduciendo primero el dedo medio y luego el anular. La humedad era tal que la entrada de ella lo acogió sin resistencia, y con un movimiento lento, ambos dedos se hundieron, escuchando su respiración agitada y observando cómo su cuerpo comenzaba a relajarse al compás de sus movimientos.