Misterioso, temido y frío. ÉL es un completo desconocido para todos, ocultando su pasado bajo una máscara de indiferencia, con un único propósito en la vida: seguir siendo un enigma para el resto.
Y nunca ha tenido la intención de revelar al mundo...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Sostengo el móvil con tanta fuerza que no sé cómo aún no se ha roto en mil pedazos.
Llevo horas dándole vueltas. No he hecho otra cosa más que pensar en eso una y otra vez. No he conseguido concentrarme en el trabajo. Nada. Solo he dado vueltas sin un rumbo fijo.
Sigo pendiente de la puerta de mi despacho, esperando que se abra de una vez por todas. Hace casi dos minutos que le he ordenado que suba, no se tarda tanto en llegar, pero aun así, sigo esperando, impaciente.
La paciencia no es mi punto fuerte.
Me pongo en pie y doy grandes zancadas hasta la puerta, sostengo la manija y la giro con brusquedad para ir en su búsqueda. Al parecer tengo que hacer todo el trabajo, porque mis subordinados son incapaces de...
—¡Hostia!
Choco contra un muro de acero cuando abro la puerta y salgo disparado. Zane me mira con sorpresa.
—¿Me necesitas?
Me hago a un lado para que entre y vuelvo a cerrar la puerta. Ni siquiera espero llegar a mi mesa para hacerle la pregunta.
—¿Qué significa un corazón brillante?
—¿Qué? —me mira como si me hubiera salido un cuerno en la frente. No es una pregunta difícil, solo tiene que responder y ya está.
—Un dibujo de corazón brillante —repito con la mandíbula tensa, agotando la escasa paciencia que tengo ahora mismo.
Zane me mira en silencio, lo que provoca que mi mal hostia crezca por momentos. ¿Tan difícil es responder una maldita pregunta?
—No entiendo la pregunta.
—Un sticker hostia.
Zane se encoge de hombros, tengo que sentarme tras la mesa para controlar mi temperamento en estos momentos.
—Afecto, supongo...
¿Supones? Joder, no me está sirviendo de nada.
—Tiene que significar algo diferente.
¿Afecto? ¿Quién cojones sigue utilizando esa palabra?
—Ni idea —me mira con recelo, odio que haga eso, que me analice—, se supone que el corazón significa amor y esas cosas.
—Pero es un corazón brillante —le recuerdo, por si ha olvidado la parte más importante de todas—. Tiene que significar algo más.
Zane me mira con una sonrisa burlona que está poniendo a límite mi autocontrol.
—¿Me has llamado por un corazón?
—Con muchos brillos.
Estalla en carcajadas que consiguen tensarme de pies a cabeza. Lo miro impasible, asesinándolo con la mirada, pero aun así, se dobla por la mitad hacia delante, riéndose como si le hubiera contado un chiste.