Epílogo

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Aviso que hay una parte que es bastante largo donde habla Héctor, están separados en parágrafos pero es para que no os liéis entre las conversaciones y las narraciones aunque se puede distinguir bastante bien yo creo

Héctor Fort
Enero de 2025

–Vas a estar guapísimo de rojo y blanco.– Trata de convencerme enseñándome la camiseta.

–No, yo estoy guapo de azulgrana.

–Vamos.– Alarga la última vocal.– Porfi, porfi, porfi.– Empieza a saltar alrededor mío con la camiseta en la mano.

–Me estoy arrepiento de haberos comprado esas entradas para ir a ver al Athletic.– Suspiro tratando de reprimir una sonrisa.

–Sabes que no, porque te gusta ganarte a tus suegros y a tu cuñado.– Me señala divertida y tiene razón.

–Los tengo más que ganados.– Le rebato.

–La verdad que si, creo que te quieren más que a mi.

–No te preocupes, mis padres definitivamente te quieren más que a mi.– Le cuento convencido.

–Obvio, ¿quien no me querría?– Hace una pose de diva.

–No eso tienes razón, es imposible no quererte.– Le doy un pequeño beso en la frente tratando de que se me olvide el tema anterior.

–No te creas que se me ha olvidado la camiseta.– Me la vuelve a enseñar con una sonrisa maligna.– Venga.– Alarga la última letra.– Porfa.

La veo hacer un puchero con esos labios que tanto me gustan e inconscientemente asiento.

Mierda

Solo con verla siento que haría cualquier cosa con tal de ver esa sonrisa tan preciosa que se le escapa cuando consigue lo que quiere.

Y es ahí cuando me doy cuenta de algo que me lleva pasando desde que la conocí, que me pondría de rodillas ante ella porque tiene el poder de hacer conmigo lo que quiera.

–¡Si! ¡Si! ¡Si!– Grita felizmente y me entrega la camiseta.

Me quito la parte de arriba y antes de ponerme la del equipo de mi novia noto como ella me mira fijamente con las mejillas cada vez más rojas.

–¿Te gusta, cariño?– Le miro pícaro.

–Mal no estás, eso hay que decirlo.– Levanta las manos en señal de paz.

Vuelvo a taparme mientras río.

–Tú tampoco estás nada mal.– Bromeo.

–¿Nada mal?– Se hace la indignada.

–Haizea.– La llamo advirtiéndole al verle subirse la camiseta.

–¿Que? Solo voy a demostrarte que estoy mejor que "nada mal".– Se la quita del todo y me obligo a no mirar porque si lo hago no saldremos de esta habitación.

–Cariño, ambos sabemos lo que pienso de ti pero ahora tenemos que irnos o no llegaremos al partido.– Señalo su camiseta y vuelve a ponérsela soltando un suspiro.

(...)

Héctor Fort
Enero de 2030

Miro alrededor soltando un suspiro nostálgico, a pesar de ser un jugador del Barça, este campo siempre será muy especial para mí.

San Mamés

Porque fue aquí donde conocí a la mujer de mi vida y donde he venido miles de veces a los partidos y no precisamente a jugarlos.

¿Rojiblanco o azulgrana? // H.FortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora