Incluso desde el exterior del pequeño taller para Winnie era audible la música que se reproducía desde adentro; la pelirroja sonrió al imaginar como se encontraba su novio, yendo de un lado al otro, haciendo malabares torpes con lo que sea que tuviera en sus manos, riéndose cuando se le cayeran las cosas
Empujó la puerta de madera lentamente y como anticipo, Huevo se reía entre dientes de sí mismo mientras tomaba unas tuercas que se le habían caído al suelo. Winnie se aproximó rápidamente y se agachó junto a él, tomando una de las tuercas que el Trubon estaba por tomar, haciendo que los orbes olivo chocarán con los celestes de su novia
El chico sonrió inmediatamente después de verla, ambos se levantaron y Huevo se apresuró a bajar el volumen de su tocadiscos para que no tuvieran que alzar la voz al hablar. Dejó las tuercas en su escritorio a la par de Winnie, quedando lado a lado
––¿A qué debo el honor de ver a tan bella doncella en mi taller?––el muchacho sonrió tiernamente mientras pasaba un brazo por los hombros de la más baja
La ojiazul se rió mientras reposaba su cabeza en el hombro de su novio, entrelazando su mano derecha con la que descansaba en su hombro
––¿Bella doncella?––volteó el rostro para verlo, una sonrisa ladina en sus labios
––Es lo que eres––respondió entre una risilla, antes de plantar un beso efímero en su sien, provocando en ella una risita enternecida
––Terminé todas las clases, y quería verte––la chica explicó mientras se apartaba del castaño, dio un leve salto y quedó sentada sobre el escritorio, quedando su rostro al mismo nivel que el de Huevo
Él la vio dulcemente, antes de cerrar los ojos cuando Winnie posó ambas manos en su rostro, acariciando con los pulgares su barbilla para subir paulatinamente hacia sus mejillas
––Tus manos son muy suaves, ¿sabías?––comentó el chico con voz baja, de manera lenta y afectuosa. Abrió los ojos para encontrarse con sus iris brillantes que lo hacían soñar despierto, mientras su mano derecha se colocaba sobre la que la chica tenía sobre su mejilla
Winnie distinguió rápidamente la diferencia de tamaños ya conocida entre sus manos, haciéndola sonreír sin mostrar dientes, embelesada por sus ojos olivo tan profundos
Se obligó a romper el contacto visual con él y apartar las manos de su rostro, para tomar entre sus dos manos la mano derecha de Huevo
Fijó su mirada en el dorso decorado por un par de curitas de colores que parecían recientemente puestas, los nudillos raspados por todas la veces que se cayó o por la mala costumbre que tenía de niño de morderse a sí mismo. Dio la vuelta a la mano para contemplar su palma, donde las líneas naturales en la piel se mezclaban y llegaban a confundirse con cicatrices chicas y medianas, la gran mayoria ya descoloridas por su antigüedad; el inició de sus dedos decorados con callosidades que nunca terminaban de sanar, ya que Huevo siempre estaba trabajando con sus herramientas o tocando incesantemente la batería. Sus dedos, largos y finos, también lucían diminutas cicatrices que habían sanado hace mucho tiempo, las más recientes estaban recubiertas por pequeños parches en el pulgar y el dedo anular
Los dedos femeninos repasaron las cicatrices lentamente, yendo desde el inicio de la palma, divagando y perdiéndose en los bordes, tocando tiernamente los callos que parecían más recientes, hasta que llegó a comparar los dedos con curitas y marcas con los propios
No solo diferían de tamaños; sus dedos eran más cortos que los de él, pero más gruesos. Extendió su palma izquierda a un lado de la del muchacho, poniendo en evidencia otra diferencia obvia; en contraste con la de su novio, la palma de la pelirroja era liza, libre de cicatrices irregulares y descoloridas
––¿Qué piensas?––murmuró Huevo, una sonrisa tenue en sus labios, sus ojos brillantes que no habían apartado la mirada de ella en ningún momento desde que empezó a escudriñar su piel
Las comisuras de sus labios se estiraron en una media sonrisa, suave y dulce, casi tan dulce como la mirada que le dio al muchacho
––Tienes manos hermosas, eres hermoso––su corazón latía fuerte y pausado, alegre y tranquilo de ver la expresión aborchonada y enamorada de Huevo, sus mejillas pálidas pigmentadas de rojo, como sabía que también estaban las suyas
Sin romper el contacto visual, el Trubon entrelazo su mano derecha con la izquierda de la más baja, su mano libre la llevó lentamente a la mejilla regordeta de Winnie, quien se inclinó hacia su palma mientras cerraba los ojos, siendo sorprendida de manera grata con la presión de los labios masculinos sobre los suyos. Mientras correspondía el beso, apretó con más firmeza sus manos entrelazadas
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Ya salí de clases, mi cerebro está lleno de ideas, tengo ganas de escribir, ¿y cuando lo intento?....no sale nada coño e' la madre :'/

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Laika kids stories
FanfictionDistintos relatos, largos o cortos, relacionados o no entre sí, de los personajes de Laika que se me ocurren