𝐀𝐥é𝐣𝐚𝐭𝐞 𝐝𝐞 𝐦𝐢 𝐦𝐮𝐣𝐞𝐫

3.2K 380 6
                                    

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟐
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚 𝐅𝐫𝐞𝐞𝐧

¿De dónde demonios salió esa foto? ¿Cómo es que yo no me había dado cuenta de que me la había sacado? ¿De verdad tenía todos esos chupones en mi cuello?

- ¡Rebecca! - Grité como una desquiciada.

Me senté abruptamente, sintiendo un pequeño escozor en el trasero, nada imposible, pero si bastante para recordar que la noche anterior se repetía en unos segundos para que mis mejillas terminaran completamente rojas. La desgraciada había hecho que mi cuerpo se doblegara ante el placer y me había convertido en una muñeca a su disposición.

Había dejado que me metiera con mi trasero, cuando mi trasero era lo único que nadie había tocado en la vida y yo simplemente había levantado el culo y se lo había ofrecido como una loca sumisa. Ahora, tenía que enfrentar las consecuencias reflejadas en el escozor de mi trasero.

- Las sillas de la sala son acolchadas - La voz de Rebecca surgió de la esquina más alejada - Y puedo ponerte una pomada analgésica para el dolor - La maldita seguía teniendo una sonrisa de suficiencia atravesada en la cara que quería borrar de un puñetazo - Pero, de esa forma podrás acostumbrarte para que empecemos a usar lo realmente bueno.

¿Eso significaba que no era lo mejor que tenía escondido en su cajón de la perversión?

- Si no dejas de mirarme así - Susurró apuntándome - Terminarás en cuatro mientras te parto, allí - Apuntó su baño entreabierto.

- Eres una pervertida - Bufé por lo bajo, apretando las sábanas contra mi pecho para que no quedara nada expuesto que ella pudiese ver - ¿Solo piensas en...?

- ¿Follar? - Maldita pervertida - Contigo, sí - Sonrió abiertamente - A toda hora, en todo momento, en todo lugar.

Intenté pasar por alto el hecho de que sus ojos castaños me seguían mirando como si fuese un trozo de carne y ella fuese una especie de lobo hambriento en medio de un bosque desprovisto de comida. En este momento, necesitaba que ella quitara esa foto mía y que desmintiera de alguna manera lo que había puesto en Instagram.

No es que me molestase el hecho de que Rebecca me tomase de propiedad, de hecho, no era para nada desagradable. Pero, no sabía si esto que había surgido era solo una idea nociva de sexo pervertido y sucio, que finalmente nos terminaría por someter a la más pura; o quizás era el inicio de una especie de relación extraña, que terminaría en una necesidad demasiado ostentosa como para funcionar. Fuese cual fuese el camino que siguiera, mi relación con Rebecca Armstrong terminaría en un completo desastre.

- Necesito que borres esa foto - Exigí.

Rebecca me ignoró por completo.

- ¿Por qué te cubres, Freen? - Se mofó con descaro - Ya vi todo lo que me interesaba anoche.

- ¡Te estoy hablando!

- Y yo también - La desgraciada parecía tan cómoda y satisfecha, que la idea de golpearle se estaba haciendo tremendamente tentadora - No sé cocinar muy bien, así que no me arriesgué a envenenarte en tu primer amanecer en mi casa - Los ojos brillantes de esa chica me embrujaron por un par de minutos, haciéndome olvidar que me había azotado hace unas horas - Pedí un domicilio y si no nos apresuramos, el café terminará por enfriarse.

𝐒𝐞𝐱𝐭𝐢𝐧𝐠|| 𝐁𝐞𝐜𝐤𝐟𝐫𝐞𝐞𝐧Where stories live. Discover now