Hijo de Hierro, Cáliz de Fuego

Capítulo 29

Niño de hierro, cáliz de fuego
zathara001
Capítulo 29

10 de abril de 2015

Tony no creía que alguna vez se sentiría cómodo en la casa de Augusta Longbottom. Sin duda, estaba bien decorada (para los estándares de la época victoriana tardía o tal vez de la Edad Dorada) y Augusta siempre fue una anfitriona apropiada... pero eran precisamente esos factores los que lo hacían sentir incómodo.

Era un tipo moderno, el tipo moderno por excelencia, según muchos tabloides, y, como resultado, la casa de Augusta a veces parecía más un museo de historia viviente que un hogar real.

Nunca le habían gustado los museos, ni siquiera el Museo de Ciencia e Industria de Chicago. Prefería mirar hacia el futuro, no hacia el pasado.

En ese momento, estaba sentado demasiado erguido en un sillón de orejas en lo que supuso que era el salón. Una taza de té y un plato de galletas estaban intactos en la mesa a su lado. Un elfo doméstico le había dicho que Augusta estaría con él en breve, lo que fuera que eso significara.

Por ahora, Tony se sentó y ensayó lo que le diría. Augusta le recordaba mucho a la tía Peggy, así que abordaría el tema con ella como lo haría con ella.

Había llegado a esa conclusión cuando Augusta entró en la habitación, vestida con lo que probablemente se consideraba ropa informal de mago: una túnica lo suficientemente corta por delante para dejar al descubierto las piernas cubiertas por pantalones. El atuendo se parecía a algo que podría ver en la India, e incluso mientras se levantaba para saludarla, se preguntó si el mundo mágico británico había colonizado la India de la misma manera que lo había hecho la Gran Bretaña no mágica.

—No hace falta andarse con ceremonias —dijo Augusta con energía, aunque le estrechó la mano con firmeza antes de sentarse frente a él—. ¿Ha ocurrido algún problema con el entrenamiento de Neville? ¿Está bien?

"Estaba perfectamente bien cuando lo vi esta mañana", respondió Tony de inmediato. "Realmente se ha adaptado a Gibbs como instructor, mucho mejor que con DiNozzo".

—De nuevo, te agradezco que lo hayas encontrado —dijo—. Aunque, según todos los informes, a Harry y a Hermione les está yendo bien en sus estudios con el agente DiNozzo.

"Lo son", asintió Tony de inmediato. "Pero se sienten igual de cómodos en ambos mundos, y DiNozzo se relaciona mejor con ellos por eso. A Gibbs no le importa nada de eso. Sólo le importa si trabajas duro, y Neville lo hace. Y tiene una verdadera debilidad por los niños".

Augusta sonrió mientras tomaba su propia taza. "Es bueno escuchar eso, pero si no se trata del entrenamiento de Neville, ¿a qué se debe tu visita?"

Tony la miró a los ojos. —Sobre los demás miembros de tu familia: tu hijo y tu nuera.

Su taza tintineó contra el platillo y su boca se apretó. —¿Cómo sabes de ellos?

"Cuando Harry llegó a mi vida, me di cuenta de que tenía mucho que ponerme al día. Compré diez años de números atrasados ​​de El Profeta y..." Tony se interrumpió encogiéndose de hombros.