Why You? | VKook

La Cita (4)

▶Taehyung ◀

Me despertó un pequeño gorrión.

Al cabo de un momento Kookie también se despertó.
Amo su sonrisa, amo cuando se acaba de despertar.

-Hola mi amor, ¿Has dormido bien? - le dije con una gran sonrisa.

-Si, ¿Y tu?

-Mejor que tu seguro. - le saqué la lengua.

-Oye.

-Dime. - estaba serio. ¿Debía decirselo ahora?

-¿Nos bañamos en el lago? Me lo prometisteee~

-Vale! - creo que no era el mejor momento entonces, además, se me olvidó.

Se cambió fuera mientras yo me saqué la ropa y me quedé en bóxers. Bien Tae, bien.

Cuando llegó me quedé boquiabierto.
¿Cómo alguien más pequeño que yo pueda tener ese cuerpo?

Él también me estaba mirando embobado.

-¿Qué miras tanto? Si, me he dejado el bañador. Estaba muy liado con todo, si sirve de excusa. - me excusé. No podía evitar sonrojarme.

-No pasa nada. -no pude evitar morderme el labio inferior. - ¿Qué miras tanto? - dijo imitando mi voz.

Me puse rápidamente delante de él, le cogí de las manos.

-VAMOS! - grité. Y empezamos a correr.

Me giré y le sonreí.
No podía estar más feliz, nunca lo había estado tanto. Nunca.

Cuando el agua me tocó los pies no pude evitar saltar, dios, estaba demasiado fría.
Me agarré a él como un koala otra vez, si, pero era necesario. Estaba fría.
Intentaba convencerme de que se pasaría al entrar, pero no. Yo lo se, no. No se me iba a pasar.

Entonces me tiró al agua, haber, era verdad. De pequeño se quejaba de que estaba encima, literalmente de él, pero la primera noche no se quejó cuando estaba encima de él. No lo entiendo, de verdad.

Cuando me levanté y quería tirarle al agua, se sumergió.
Me quise vengar, así que le empecé a seguir por la espalda, para así asustarlo.

Por lo visto, funcionó, porqué empezó a buscarme como un desesperado.

Entonces empezó a llorar.

Lo abracé por la espalda, se giro y me empujó. Empecé a ir a por él pero no paraba de gritarme que me odiaba. Solo lo hacía por la ira.
Cuando le cogí me disculpé.
No quería asustarle de esa manera, no era mi intención.

Empecé a llorar.

Sus dedos me secaban las lágrimas.

En un momento, besos. Llenos de deseo.

Nuestras manos empezaron a recorrer el cuerpo del otro.

Cuando nos separamos un momento para respirar, vi que tenía una mirada pícara.

Le cogí de la mano y nos fuimos a la orilla.
Cuando iba a recostarlo entre dos rocas, de manera que no se hiciera daño, me giró y quedé yo abajo de él.
Se sentó encima de mi y los besos empezaron otra vez.

Se veía muy decidido a hacer algo, seguramente quería hacerlo, como la primera noche, y no sería yo quien le parase.

Empezó a mover las caderas arriba y abajo.
Nuestros miembros se rozaban salvajemente.

Gemidos.

Más gemidos.

-T-tae... - se separó de mis labios y me miró sonrojado. - Cierra los ojos.