Shuumatsu no terror

Destruccion y tormenta

EN ESE ENTONCES, LOS REINOS DE SVARGA Y PATALA ESTABAN LLENOS DE DIOSES Y DEMONIOS

La historia nos regresa al pasado una vez más, un pasado donde los dioses aún tenían un lazo fuerte con la tierra, pero que en esta ocasión nuestra atención se centra únicamente en uno de los muchos reinos celestiales que existen. La India se divide en dos reinos que forman una sola tierra, la cual está plagada de de hermosos valles y planicies junto con gigantescas montañas, un terreno que forma una cúpula alrededor de diversas aldeas habitadas por seres divinos de todo origen. Pero estos no eran tiempos tranquilos, sino que los habitantes de este lugar celestial debían vivir con el constante miedo que traía consigo un conflicto de proporciones épicas que se desarrollaba desde hace tiempo.

Y FUE DE ESE MODO, CON LOS DIOSES MÁS FUERTES COMO PROTAGONISTAS, COMENZÓ UNA GUERRA CIVIL CONOCIDA COMO LA GUERRA DE LOS MIL DEVAS

De entre los miles de dioses que habitan en este lugar, hay muchos que se destacan al ser increíblemente poderosos. Dioses que han tomado el control de un elemento único de la existencia, dioses que representan el fuego, el agua, el viento, el poder, entre otros muchos títulos que se puedan dar. Dioses que se han decidido establecer en diferentes zonas alrededor de la montaña más alta, pero que no se han movido de dicho lugar desde entonces, debido a que mientras más uno escala en la montaña entonces más poderosos son los enemigos con los que se encontraban a medida que subas.

Es por esa razón que todos esos dioses decidieron quedarse, debido a que sería una pérdida de tiempo continuar subiendo cuando el que está por encima es más fuerte. Pero eso no les impide permanecer en donde están para asegurarse de que nadie más suba, aunque es posible que solo los suficiente fuertes y los que sean dignos podrán continuar subiendo. Y mientras tanto, la guerra aún continúa.

ESTA HISTORIA OCURRIÓ MUCHO ANTES DE QUE LA INDIA UNIERA A SUS DIOSES EN UN MISMO PANTEÓN, EN ESE ENTONCES NI SIQUIERA SE HABÍA FORMADO LA IDEA DE UNA UNIÓN

Adentrándonos un poco más en este reino celestial, en la cima de una colina extraordinariamente alta, se hayan dos seres igualmente poderosos que intentan pasar sus días de la mejor manera posible. Es increíble el como cuando hay una guerra alrededor, puede haber dos personas tan relajadas como este par en particular. Bueno, uno en realidad si se está relajando, mientras que el otro se encuentra esforzándose hasta el máximo para volverse más y más fuerte... solo que ni uno ni el otro son los que algunos creen.

SIN EMBARGO, EN LOS CAMPOS DEL SVARGA, HABITAN DOS DIOSES QUE ERAN DESCONOCIDOS POR TODOS

Ahí recostados en el pasto verde y con una suave brisa soplando, se hallaba una multitud muy diversa de animales tomando el sol con suma calma mientras simplemente dormían tranquilamente. Entre ellos había una cobra, un tigre siberiano de gran tamaño, y una gran vaca de pelaje negro. Pero entre esta multitud de bestia se encontraba otro individuo, un joven Dios de piel púrpura y cuatro brazos con una constitución bastante delgada pero musculosa a la vez, cabello corto negro y varias vendas amarillentas alrededor de su cabeza, usando nada más que unos pantalones blancos bastante anchos.

Este joven y despreocupado dios solo dio un muy largo bostezo después de que una serie de golpes bastante ruidosos lo despertaran, limpiándose una lagaña del ojo, muro de reojo a la única otra persona que estaba en este prado, y que también era la fuente de todo el escándalo, "Oye Rudra, has estado entrenando día tras día, ¿Es que acaso no te cansas de lo mismo?" El dios de piel púrpura le preguntó a su compañero con un poco de aburrimiento y ligero interés. Este de aquí era nada más y nada menos que el propio Shiva, solo que miles de años más joven y muy diferente a como lo es en la actualidad.