Shuumatsu no terror

Maldad sin limites

Shiva y Michael mantuvieron la distancia en todo momento después de ese gran intercambio de feroces ataques. Shiva aún se estaba recuperando de ese último golpe en su cabeza, y a pesar de que aún estaban viendo todo un poco borroso, ahora puede ver un poco más normal. Y aunque la mayoría de las cosas que estaban a su alrededor no estaban del todo claras, había solo una cosa de la cual su mirada no podía escaparse, y era el único ojo visible de su oponente.

Aunque en realidad no sabía si es que le podía decir ojo, ya que ese gran agujero que correspondía a la máscara que el asesino llevaba puesta, era un agujero en el que no se veía nada. Era negro como la noche, no había ninguna clase de luz que se viera dentro de esa oscuridad, no había rastro de un alma o de conciencia humana. No había rastro de alguna emoción conocida, no había alegría, no había tristeza, no había enojo, no había miedo, no había euforia, no había emoción, no había preocupación, no había incertidumbre, no había nada de eso. No había nada que pudiera demostrar que este hombre fuera del todo humano.

Esta es la primera vez desde que empezó la pelea que Shiva podía ver con más atención ese vacío. No le había prestado ninguna atención hasta ahora porque estaban mucho más interesado en la pelea que en la apariencia de su oponente, pero ahora que podía verlo com más cuidado, es como si se estuviera perdiendo dentro de ese vacío, esa oscuridad era inhumana, algo que ningún hombre en la tierra debería poseer de alguna forma. Tan solo echar un vistazo a esa oscuridad es suficiente para estremecer el corazón de Shiva.

No lo quería demostrar de ninguna manera, pero en su interior no tenía ninguna duda. Estaba asustado, pero no era este hombre delante de él, sino que era la presencia que estaba rodeándolo. Era una especie de aura negra y espesa, algo que era naturalmente repulsivo y repelente, algo que no debería existir pero que de todas formas lo hace porque va en contra de las leyes de la naturaleza que todos conocen. Nunca antes había existido un humano que fuera capaz de desprender toda esta energía oscura y malévola.

Los dioses se habían asegurado de que los humanos fueran hechos para ser su imagen y semejanza, pero no los hicieron para sobresalir de ninguna manera. Pero este hombre, Shiva estaba seguro de que algo más fue el responsable de cómo está hecho, y de la razón por la que es capaz de desprender esta aura tan siniestra. Pero no sabía si es que es obra de un Dios que se estaba haciendo el gracioso, o de algún demonio que ha hecho una de las suyas en la tierra, sea cual sea la razón, en realidad ha hecho algo inhumano.

Shiva no fue el único que se dio cuenta de eso, en realidad todo el mundo en las gradas se ha estado dando cuenta de la misma cosa. Con solo estar ahí sentados y ver directamente a ese hombre enmascarado, es como si algo muy dentro de sus ser les estuviera gritando con todas sus fuerzas que deberían dar media vuelta y simplemente irse si quieren una oportunidad de seguir respirando un día más. Era un sentimiento común para los humanos, pero una experiencia nueva para cualquier dios, lo que todos estaban experimentando por igual era miedo. Puro y simple miedo.

"No puedo dejar de sudar." Una diosa murmuro con su cuerpo temblando como una hoja mientras intentaba sacarse el sudor que seguía bajando por su frente.

"Maldita sea, mi corazón está por salirse." Un Dios felino gruñó con dolor y terror mientras tenía sus manos presionadas contra su pecho, su corazón latía tan rápido y con tanta fuerza que en cualquier momento podría llegar a salirse.

"¿Que es esta sensación? No puedo dejar de temblar." Un Dios marino gruñó con fastidio e incredulidad, con su cuerpo temblando como una maldita gelatina, a pesar de sus constantes intentos por parar y sin ningún éxito.

"Maldita sea, esto es demasiado. No puedo respirar." Un hombre egipcio murmuro con sus ojos abiertos en shock mientras se agarraba la garganta con una sensación de vacío dentro de su propia tráquea, como si fuera incapaz de respirar correctamente.