Carta 9: Holi Demon - Parte I

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The Oberoi Amarvilas Hotel, Agra, sábado por la noche

Yo del pasado:

Agárrate y presta atención, porque esto va a ser rápido y vertiginoso. Tengo alrededor de media hora hasta que Adam termine de ducharse, golpee la puerta y se meta a mi cama, es decir... te aseguro que en treinta y un minutos no voy a tener ganas de seguir escribiendo. Y si no escribo (y cielos, sí que pasaron cosas) tal vez lo olvide todo.

El martes pasado en la tarde me enteré que tengo un perrito precioso. Aunque no lo recuerde, y a pesar de que tal vez creas que es una exageración, inmediatamente supe que quería verlo... y una imagen en un teléfono no era suficiente. Necesitaba saber cómo estaba y quién lo tenía, si estaba bien cuidado y, más que nada, si se acordaba de mí. Puede parecerte una tontería, pero necesitaba saberlo. Una porción de esos años perdidos estaba en algún lugar esperándome, y yo necesitaba acercarme. Y no parece tan complicado...

... pero Robbie dijo NO.

Y tú conoces a Robert: no es no. Se puso a la defensiva instantáneamente, negándose a decirme quién estaba cuidándolo. "Se fue a un viaje de pesca, Dylan, basta... en unos días lo llamaremos"... pero eso no es lo suficiente bueno para mí. Traté de ser racional y explicarle, luego fui irracional y me puse como loca, pero nada funcionaba. Patricia me rogaba que me calmara y repetía que Cosmo estaba muy bien y que lo contactaríamos en unos días. Yo seguí berreando escondida en el pecho de Benjamin, mientras Adam y toda su diplomacia se llevaban a Robbie a un costado. Nada funcionó, y me fui a dormir hecha una furia.

A la mañana siguiente, me levanté bien temprano y, en un arrebato, me fui en pijamas a la habitación de Pat y Rob. Entré sigilosamente y desperté a Patricia (Robert sigue hibernando cada noche). Me miró con tristeza.

— Dime quién tiene a Cosmo, Pat, por favor... cinco minutos, nada más, lo prometo

— Tienes que confiar en que estamos haciendo lo mejor para ti, D... ¡lo llamaremos en unos días!

— No no no —comencé a hacer pucheros y a frotarme los ojos para no llorar— necesito verlo, ¿por qué no lo entiendes?

Pattie se agarró la cabeza y supe que estaba indecisa. Finalmente se levantó, tomó su teléfono y me sacó de la habitación. "Aguarda un instante y por favor no digas nada, Demon... me va a matar...". Buscó en su lista de contactos y marcó un número.

— Buenas tardes, sí... necesito hablar con Andrew... Patricia Kelley... claro, aguardo, gracias...

Y aquí, con todo el asco y el dolor del alma, me mojé el dedo índice y se lo metí en la oreja. Pattie dió un salto y se sacudió entera, soltando el agarre del teléfono. Se lo arrebaté, le pegué un empujón y me fui corriendo a esconderme por los pasillos del hotel dormido. Llegué a la biblioteca, me senté tras un escritorio, y resoplando, me dispuse a hablar.

Se escuchaba una voz masculina hablando del otro lado. — PATRICIA.... ¡PATRICIA! ¿Estás bien? ¿Qué sucede?

Ay Dios, esta parte del plan no la pensé tan bien. — Hola, sí sí, todo está genial, ehhmm... ¿dónde está Cosmo?

— ¿Cosmo? ¿De qué hablas? ¿Estabas corriendo?

— ¿Dónde está Cosmo? Robbie dijo que estaba contigo y...

La voz cambió a un tono preocupado. — Oh no... ¿sucedió algo con Dylan? No no... oh no...

— ¡Estoy bien, no te preocupes por mí! ¿Dónde está mi perrito? —fingí lloriquear— por favor, necesito saber de él

Bebita... ¿eres tú?

¡Oh! Se escucha TOC TOC TOC en mi puerta. Ni una palabra más.

++Frankendemon++   


Cartas a un DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora