118.- Primeros pasos.

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Enid y los omegas del Séptimo Clan creían que ya habían visto de todo en cuestión de cachorros, pues les tocó cuidar de estos desde muy jóvenes, además de que mucho de la escuela para omegas iba dirigido a este tema.

La rubia se preocupó un poco cuando Angustias se negaba a caminar en las fechas normales para un infante, por su parte Astrid y Ayana daban sus primeros pasos y luego comenzaron a dar pequeñas carreritas a los brazos de sus omegas. Tiene miedo de que Angustias no camine por culpa de la maldición que persiste en su pequeño cuerpo, la cual le deja dormida sin previo aviso a mitad de cualquier actividad.

La gran dama intercepta a su esposa en el bosque maderable de los Fae, iba de hablar algunos temas con Victoria y ahora regresaba a la mansión.

-Caminara cuando quiera hacerlo. –Le repite Merlina, quien se mantiene calmada al respecto.

-Los cachorros tienen que caminar después del año, si no se vuelven torpes. –Señala a Rolando y le hace señas para que se acerque.

-¿Sucede algo? -Pregunta con una sonrisa el joven que se acerca con una canasta llena de flores.

-¿Es malo que un cachorro no comience a caminar al año?

-Sí, se vuelven torpes. –Le llega la idea. - ¿La señorita Angustias sigue sin caminar bien? -Recuerda que daba pequeños pasitos pero luego se quedaba dormida.

-No he logrado que quiera caminar. -Suspira la rubia, se siente una pésima madre.

-Los Addams no siguen los mismos patrones que los lobos. -Quiere regresar al laboratorio para terminar la nueva sección de barrera para despertar a Ruthen. -Pero si gustas la obligare a caminar, le atare pinchos en las rodillas y no le quedará más opción que caminar como un homínido.

-Por favor, no castigue a la señorita. –Rolando se pone de rodillas. –Si quiere castigar a alguien porque no camina que sea a mi, yo también estoy a cargo de su crecimiento.

-¿Ese no es Kent? -Que recuerde el omega que debe "ayudar" a Enid es su hermano menor.

-¿Bossu, me llamó? - El rubio se acerca cargando unas piezas de metal que llegaron en el último embarque de herramientas.

-Kent también ponte de rodillas. –Su primo le toma de la mano, con cara preocupada.

-Okey... ¿es un nuevo culto? - La verdad no tiene problema de arrodillarse enfrente de su alfa y deja a su lado el monton de fierros nuevos.

-La Gran Matriarca busca castigarnos por...

-No voy a castigar a nadie. – Le interrumpe.

-Le va a atar pinchos a las rodillas de la señorita Angustias. -Se va a poner a llorar el rubio chimuelo que ya se hizo toda una película dramática en la mente.

-Si Bossu tiene esa clase de gustos yo me ofrezco para tomar el lugar de mi sobrina. -Pone su mano en el pecho.

-Están mal interpretando todo. –Suspira. –Y tú lo haces a propósito. –Señala a su cuñado que se está aguantando la risa, está claro que se burla de la situación. -Solo por eso sí te voy a poner los pinchos en las rodillas.

-Su voluntad es mi deseo. –Agacha la cabeza de manera servil.

-¿Enid? -La morena espera que su esposa diga algo pero también quiere reírse.

-Como dijo Kent, tu voluntad es mi deseo. –Le guiña un ojo.

-¿Esta es una de esas formas sexuales de los brujos que tiene la Gran Matriarca? - Susurra Rolando a su primo quien tiene más trabajo para aguantar la risa.

Una Luna y Tres Cuartos de Sangre SuciaOnde histórias criam vida. Descubra agora