Capítulo 25

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En cuanto la castaña se adentró unos pocos pasos en el pasillo del que provenía la risa, este se iluminó y de entre las sombras salió Bellatrix Lestrange.

-Que gran sorpresa. - dijo la morena sarcásticamente mostrando una extensa sonrisa que permitía ver cada uno de sus afilados dientes. - Una pequeña leoncita ha decidido hacerse la valiente.

Emily intentaba mantener su compostura, pero en sus ojos no podía esconder el miedo que sentía al encontrarse a solas con la sádica mortífaga.

-O quizás no sea por eso. - añadió la mujer como si hablara consigo mismo. - Quizás ha venido en busca de su gran amor. De su adorado novio. - continuó burlonamente. - Entonces dime, querida, ¿te has divertido acostándote con mi estimado sobrino?

Los ojos de la castaña se abrieron aún más cuando la mujer nombró a Draco y fue cuestión de segundos que la sangre se le helara. Cómo lo sabía? No entendía como lo había descubierto, pero eso no quería decir nada bueno.

Y eso le aportó una duda todavía peor: ¿Estaría bien Draco? Es decir, lo había visto con Bellatrix unos minutos antes. ¿Qué había pasado con él?

-¿Dónde está Draco? - preguntó Emily inentando imitar un tono autoritario y levantando su varita hacia Bella de forma amenazadora.

-Que tierno. - comentó con una mueca, pero en seguida recuperó la sonrisa. - Emily Owens, una estúpida gryffindor enamorada de Draco Malfoy, un mortífago. Créeme que si hubieras sido una sangre sucia ya te habría matado.

-Dónde está. - repitió con un tono más potente pero sin poder evitar que la mano que sostenía la varita temblara.

-Draco, acércate. - dijola mujer extendiendo aún más su sonrisa si eso era posible y sin dejar de mirar a la castaña directamente a los ojos esperando alguna reacción en ella.

El rubio avanzó unos pocos pasos saliendo de uno de los pasillos contiguos y, sin decir ni palabra, se colocó al lado de Bellatrix y permaneció mirando a un punto del frente desconocido.

La castaña bajó la varita lentamente al verlo delante de ella. Era la misma persona de siempre, pero había algo diferente en él. Sus ojos estaban oscurecidos y parecían completamente vacíos de expresión o sentimiento.

-Supongo que lo habrás disfrutado mucho, pero lamento decirte que todo ha sido, cómo decirlo, mentira. - comentó Bellatrix con tono hiriente. - Supongo que creías que podrías cambiarlo e inculcarle tus asquerosos pensamientos sobre que los sangres sucias son buenos y toda esa sarta de mentiras, pero te equivocabas.

Emily buscaba desesperadamente la atención de Draco pero él no la había mirado ni una sola vez. No, nada de lo que decía Bella podía ser cierto. Lo que fuera que habían tenido entre ellos dos había sido real, lo había sentido y él también. Entonces, ¿por qué ahora no hacía nada? Cualquier movimiento por parte del rubio que significara que la mortífaga estaba mintiendo era suficiente para ella.

-Mientes. - dijo Emily intentando sonar segura. - Tú ni siquiera conoces a Draco. Yo lo he ayudado en todo lo que he podido y tú simplemente lo has manipulado una y otra vez. - añadió con odio y después volvió a fijar su vista en el rubio. - Draco estamos juntos en esto. No sé qué es lo que has hablado con tu tía pero voy a estar contigo pase lo que pase. - le dijo desesperadamente.

La única respuesta que hubo fue la horrible risa de Bellatrix ya que el chico ni siquiera se movió de su sitio. Los ojos de la castaña se llenaron de lágrimas de impotencia ante la situación.

-Pobrecita. - comentó teatralmente la mortífaga cuando vio como unas pocas lágrimas resbalaban por las mejillas de la chica. - Ya era hora de que te dieras cuenta de la farsa en la que vivías.

Quiero ayudarte | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora