Capítulo 27

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Draco y Emily luchaban espalda con espalda contra mortífagos y algunos licántropos. Habían notado una gran baja en la cantidad de seguidores de Voldemort; algunos habían caído en la batalla, pero también había huido una numerosa cantidad al sentirse superados completamente en número.

Los refuerzos que habían traído los alumnos que habían huido habían sido clave para vencer a los mortífagos que quedaban, ya que pronto las personas vestidas de negro fueron desapareciendo dejando solamente a unos pocos que iban a acabar derrotadas en cuestión de tiempo.

Tanto Emily como Draco se detuvieron al quedarse sin oponentes con los que continuar luchando. Después, echaron un rápido vistazo y al no ver a nadie del bando contrario se giraron quedando cara a cara mientras esbozaban una extensa sonrisa: contra todo pronóstico, habían ganado.

Repentinamente, una especie de sombra negra apareció a la espalda de Emily y tomó forma humana. Antes de que el rubio lo pudiera evitar, Bellatrix apareció de entre oscuridad de la sombra y cogió a la castaña por el pelo, clavando su varita en el cuello de la chica y alejándola del lado de Draco.

-Más te vale quedarte ahí quieto si no quieres que muera. - dijo la mortífaga al rubio, el cual tenía la varita en posición, dispuesto a atacar.

Draco, al verse sin posibilidad de hacer ningún movimiento para ayudarla, se quedó estático con todos los músculos de su cuerpo rígidos a la espera de algún momento de despiste de su tía.

Emily se colocaba de puntillas intentado que la varita de la bruja no se le clavara con tanta fuerza en la zona de debajo de la barbilla, pero la morena se relamía los labios excitada de causarle aquel dolor y de tenerla presa en sus garras.

-¿Sabes a quién he visto antes de venir a por ti? - preguntó Bella con falsa voz inocente en el oído de la chica. - A tu preciosa hermana. Me manda recuerdos para ti.

La castaña no pudo pronunciar palabra pero enseguida las lágrimas se acumularon en sus ojos al pensar en lo que posiblemente le habría hecho la mujer a Jennifer.

-Le dije que si te mataba, podría vivir. - comentó la mortífaga. - La muy estúpida prefirió morir ella en tu lugar. Una pena que las última palabras que le dedicaste fueran tan horribles, ¿cierto?

La demente risa de Bellatrix inundó la sala en cuanto vio las primeras lágrimas resbalar por la mejilla pálida de la chica.

-¿Está muerta? - preguntó en un apenas inaudible susurro. Ya sabía la respuesta a esa pregunta, pero una parte de ella no podía aceptarlo todavía.

-Oh, tranquila, le ha ocurrido lo mismo que te va a pasar a ti. - contestó con malicia. - Con una única diferencia: ella murió sola, mientras que tú morirás delante de tu querido novio.

De nuevo aquella odiosa risa se coló en su cabeza, pero esta vez la escuchaba lejana. No podía ser cierto. Su hermana estaba muerta. Una y otra vez le pasaban por la mente lo mal que la había tratado cuando la había visto; y ahora el simple hecho de pensar que ya no había vuelta atrás la dejaban casi en un estado de shock.

-Suéltala. - gruñó Draco devolviendo a la castaña a la realidad.

-Me parece, querido sobrino, que no estás en posición de ordenarme nada. - alegó la mujer. - Tira la varita.

-¡No, Draco! ¡Ni se te ocurra hacerlo! - chilló Emily al momento pero su grito se vio ahogado por un quejido que escapó involuntariamente de su boca al sentir la varita de la mortífaga clavarse aún más en su piel.

El rubio estaba a punto de perder los nervios. ¿Qué debía hacer ahora? Si tiraba la varita Bellatrix podría matarlos a los dos sin problema, pero tampoco podía arriesgarse a quedársela y que su tía decidiera acabar con su vida delante de sus ojos.

Quiero ayudarte | Draco MalfoyWhere stories live. Discover now