Capítulo 19: Hogar (parte 1)

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UNIVERSO: BEAST


Cuando Akutagawa abrió los ojos, se dio cuenta de que estaba sentado en la calle, recargado de una pared y sentado bajo una lámpara de la calle. Atsushi estaba frente a él, con una expresión que jamás había visto en su rostro.

—¿Ryuu?— preguntó, su voz llena de preocupación. Sus manos estaban a ambos lados del rostro de Akutagawa, y lo miraba con cariño.— ¿Eres... eres de verdad tú? Ay no, no llores, tranquilo, todo está bien.

Akutagawa cerró los ojos y se apresuró a abrazar a Atsushi. Se aferró a él con mucha fuerza, aliviado de poder tocarlo y sentirlo vivo, porque Atsushi era real, y solo algo como eso lo hacía darse cuenta de que estaba de nuevo en su hogar.

—Ya está todo bien.— susurró Atsushi en su oído.— Todo está bien.

Pero no lo estaba. Solo después de estar en calma pudo revivir esos sentimientos dolorosos de ver a Oda morir frente a él.

—Oda.— murmuró Akutagawa contra el hombro de Atsushi, su voz ahogada por el nudo en su garganta.— Oda murió.

—¿Q-qué? Oda... ¿murió?

Ni siquiera Atsushi podía creerlo.

—Murió protegiéndome... ¿por qué lo hizo?

Atsushi obviamente no tenía las respuestas, entonces comenzó a acariciar la espalda de Akutagawa.

—Yo debía morir.— dijo Akutagawa, y al oírlo en voz alta se dio cuenta de la realidad.— Yo debo...

—No.— lo interrumpió Atsushi, y después se separó de él para tomar su rostro entre sus manos.— Simplemente no, ¿bien? Te necesito.

Akutagawa no pudo contener más las lágrimas. Era demasiado para él. El peso de la verdad, su deseo egoísta de ver a Atsushi feliz, y el profundo sentimiento de culpa por ser la causa de muerte de Oda... todo eso pesaba demasiado.

—No estás sólo en esto, ¿bien?— dijo Atsushi y lo volvió a abrazar, hundiendo la cabeza de Akutagawa en su pecho, cerca del corazón.— Yo estoy contigo.

Akutagawa cerró los ojos y dejó que las lágrimas corrieran con libertad. Al menos el sonido del corazón de Atsushi le daban un poco de calma en todo este caos que estaba viviendo ahora mismo.

(•••)

Cuando Akutagawa abrió los ojos, de nuevo, estaba en su habitación. La luz entraba por su ventana e iluminaba todo, se sentía tan familiar, y eso hacía sentir un poco mejor a Akutagawa.

Atsushi estaba recostado junto a él en la cama, frente a frente, abrazándolo, sus brazos y piernas lo rodeaban como si no pensara dejarlo ir.

Akutagawa miró el rostro dormido de Atsushi y notó las marcas debajo de sus ojos, al parecer llevaba tiempo sin dormir bien. Levantó su mano y acarició esas ojeras. Al ver que Atsushi no abría los ojos, se atrevió a acariciar sus cejas y recorrer el arco de su nariz con su dedo.

Era su Atsushi, al fin.

—Te extrañé mucho.— dijo Akutagawa en un susurro.— Todos los días.

Akutagawa siguió tocando el rostro de Atsushi, notando como todos sus recuerdos de él encajaban perfectamente. Al final se detuvo en sus labios y los miró durante mucho tiempo, hasta que la puerta de la habitación se abrió.

Akutagawa cerró los ojos y fingió seguir durmiendo. Era ridículo esconderse así, pero Akutagawa no estaba preparado para hablar con nadie, no quería contarles a todos la verdad, prefería quedarse con Atsushi hasta quedarse dormido y soñar que las cosas eran diferentes.

Atsushi no KemonoTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon