Capitulo 24

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CAPITULO 24

- Me porté como un idiota, para variar. - Harry negó con la cabeza mientras escuchaba las palabras de él. – Él sabía de ti, sabía que me gustabas...que me gustas... - Louis se acercó a sus labios y no puedo evitar besárselos. - y que todo ese tiempo que no estuvimos juntos no dejé de pensar en ti... - Harry se relamió los labios suavemente. – éramos amigos, salíamos, el...él es asombroso, te lo juro...debes conocerlo... - Harry asintió. Pero no podía negar que sentía celos por lo que decía de Kendall. Pequeños. Casi inútiles, pero en sí...celos. – pero yo...jamás pensé que estuviera enamorado de mi.

- ¿Lo está?

- Me lo dijo...

Harry le acarició una mejilla.

- Unos días antes de volver a verte... nos... - Louis lo miró a los ojos, el ojiverde asintió, dándole la confianza suficiente como para contárselo. – nos besamos. – él suspiró. – pero luego volví a verte y...

- ¿Sentías algo por él? – le preguntó Harry. Y Louis se sorprendió tanto de escucharlo preguntarle eso ahora mismo. Harry era perfecto. Lo era. Lo era siempre. Ahora más que nunca. No se podía creer que había dejado los celos a un lado solo para ponerse en su lugar. Para entenderlo. Para sentir lo mismo que él. Era increíble. Era genial. Era maravilloso. Era único. Y era...era suyo.

- No, te lo juro...solo pasó... y ahora que vino de nuevo, me lo dijo todo de pronto... me dijo que estaba cansado de mi y de todo lo que había hecho solo para que me sintiera mejor... - endureció los pómulos. Era justo en ese momento donde debía decirle lo que acaba de hacer con Kendall hace unos minutos. – y lo besé.

Harry se quedó callado, sin dejar de acariciar la mejilla de Louis. Esa tarde estaba ahí para escucharlo desahogarse. No reclamos. No celos.

- No sabía que otra cosa hacer, solo quería que supiera que también significa mucho para mí... - dijo sin detenerse, acelerando su forma de hablar. - por todo lo que ha hecho, por haber estado aquí todo este tiempo mientras no te tenía... yo...

- Mi amor... - le susurró él, deteniéndolo. – está bien. – Louis apretó los labios. Dejó de hablar. – todo está bien... ¿sí? – él asintió. Lo había hecho tranquilizar de un momento a otro. Era mágico lo que producía en él. Cada cosa era inexplicable. – sé que el rizado entenderá todo esto. – lo miró a los ojos. Louis se sintió el hombre más afortunado del mundo.

- Pensé que lo tomarías de otra forma...

- Tal vez, pero no es el momento.

- ¿Sabes? – murmuró. – eres...eres perfecto...

- No digas eso...

- Lo eres. – le apretó la cintura, Harry hizo lo mismo con el cuello de Louis. Sintió los tibios labios de su novio besarle los hombros sobre la camiseta. – y yo...yo estoy tan lejos de serlo...

- Claro que no, tonto...

- Claro que sí, bonito. – sus finos labios subieron deseosos por todo el cuello de Harry, el se dejó besar. – Sabes que no soy perfecto, que he pasado por tantas cosas... y aun así estás conmigo, ¿por qué?...

- Me gustas. – susurró el rizado. Louis llegó a besarle la oreja, Harry se estremeció por completo. – con o sin defectos... - Louis sonrió en medio de aquellos besos.

- Tú me gustaste desde el primer momento que te vi. – y entonces recordó un fragmento de aquel día. En el que la había elegido de entre cinco hombres. El siempre...siempre había llamado su atención. Harry le acarició el cabello suavemente por detrás. – si no... no te hubiera secuestrado, mi amor

Secuestrado - Larry Stylinson -  Tercera TemporadaOnde histórias criam vida. Descubra agora