Capitulo 33

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                CAPITULO 33

El escritorio empezó a vibrar, en el celular apareció la imagen de Harry sonriendo.

- Hola... - contestó él. No había hablado con el rizado en todo el día, y aún se encontraba trabajando, dejando todo listo para su renuncia debido a la mudanza que haría con Harry. Y no, no quería arreglar las cosas por una simple llamada telefónica. Prefería invitarlo a cenar, los
dos solos, y así poder hablar mejor y después tal vez...

- Hola. - contestó el. .- ¿estás ocupado? - le preguntó Harry. No quería decirlo, pero escuchar su voz era la mejor satisfacción que podía tener.

- No para ti, bonito...

- Bonito... - susurró Harry. En un tono negativo.

- ¿No puedo decirte así?

- Aún no hemos hablado...

- Vale, tienes razón, bonito. - recalcó de nuevo. Harry no pudo evitar sonreír. - ¿me esperarías unos minutos? Termino con esto y...

- Quería decirte algo. - le interrumpió
Harry. - ¿sabes? Niall me ha invitado a una despedida de soltera, de una de sus amigas y...

- ¿Quieres ir?

- Iré.

- ¿Qué es una despedida de soltera?

- Louis, no finjas, lo sabes.

- De veras, no lo sé.

- Lo sabes...

- Sí, sí, es cierto. Solo quería seguir hablando contigo.

- Eres tonto...

- Tú más.

- No, a ti nadie te gana.

- ¿Enserio?

- Sí.

- Bueno tú eres precioso. - Louis apretó el celular entre sus manos. Todo esto lo hacía sentir en el cielo. Atado a él. Y sentía que nadie podría bajarlo. Era increíble todo lo que sentía por el menor. Increíble. Único. Tan especial. Harry soltó una risa. - y en eso nadie te gana.

- Bueno, ya, ya... iré...Zayn pasará por nosotros después...

- ¿Habrán hombres?

- Que se yo.

- Vale... - dijo él, frustrado. "¿Hombres?" genial, y después de lo pésimo que se había portado anoche con Harry el iría a una despedida de soltera con hombres. Hombre que bailarían con el y que sin duda alguna coquetearían con el.

- ¿Estás ahí?

- Sí, perdón... - tragó saliva.

- Te veo después...entonces...

- Te esperaré igual.

Harry sonrió al otro lado de la línea. Se le hacía imposible enfadarse con él. Lo tenía todo. Su voz, sus palabras, la manera en que lo hacía hacer especial. No podía odiarlo. No podía cabrearse con él. Lo amaba muchísimo. Era el hombre de toda su putísima existencia.

- Vale, adiós...

- Oye. - le interrumpió él.

- Dime...

- Te amo, gatito.

Secuestrado - Larry Stylinson -  Tercera TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora