Fuimos corriendo hacia donde fue la explosión y llamé a Yukio por si nos podía ayudar, él podría avisar a nuestros amigos para pelear. Podría ser un demonio.
Yukio no contestaba al móvil.
Tendríamos que hacerlo sólos.
Shiemi es una invocadora de espiritus con talento pero no tenía tanta experiencia como nuestra amiga Izumo que también era una invocadora. Yo lucho con la Katana liberando mis poderes del hijo de Satán y con eso me basta.
Llegamos a un extremo del parque en el que nos encontrábamos y vimos a un tipo con ropa sucia y vieja soltándo auras oscuras. Tenía unos cuernos y una garras puntiagudas. Llebava un sombrero y no se le veía bien la cara pero vi que tenía una cola enorme de dragón.
- Debe ser un demonio controlando a un humano. - dijo Shiemi.
- Con ese tipo de ropa, yo diría que es un sintecho. - afirmé yo.
El demonio nos vió y nos quiso propinar un golpe con su escamosa cola, pero Shiemi y yo conseguimos escivarlo.
Una vez que aterrizamos en el suelo, Shiemi invocó a uno de sus guardianes y yo desenvaimé mi Katana y me llené de llamas azules, mis orejas se hicieron mas largas y puntiagudas y dejé al descubierto mi cola de demonio.
Cuando Shiemi pronunció unas palabras mágicas apareció una especie de hada cubierta de plantas verdes con ojos azules y flores en su cabellera marrón. Era una nueva criatura que no había visto antes.
- ¡Eh! Ese es nuevo ¿Verdad? Es increible.
Shiemi sonrió antes de ordenarle que atacara. Debió de entrenar con esa invocación hace dos semanas.
- Se llama Phantena. - dijo orgullosa.
Asentí y fui al ataque con mi Takana en alto.
Phantena propinó al demonio un fuerte puñetazo en el estomago y con ello tuve la oportunodad de acercarme velozmente por detrás.
El demonio se recuperó con facilidad y me dió muy fuerte con su cola. Me golpeé contra una farolay escupí un hilillo de sangre por el golpe.
La cabeza me daba vueltas, pero no esperé ni un minuto para darle una paliza a ese tio. Esta vez fui yo quien lo golpeo de frente y enseguida fui por detrás para darle un codazo en la espalda. Le dolio mucho, pero fue tan rápido que me golpeó con todo su brazo en el pecho. Pude aguamtar el golpe pero me obligó a retroceder. Phantena dio un gancho contra el demonio y este salió por los aires aterrizando en un pequeño lago del parque.
- ¡Shiemi, voy a por él! - le dije mientras me quitaba de encima el hilillo de sangre.
- Ten cuidado Rin. Recuerda que es humano. - me advirtió.
No me hacía falta que me lo recordasen, a veces un demonio tan fuerte puede llegar a fusionarse con el humano para pasar desapercibidos. Si lo atacara con mi Takana, lo mataria.
De repente volvió a venirme un recuerdo a la cabeza. Esta vez estaba con Shiemi en el jardín de su casa donde la conocí hace tiempo. Parecía que me iba a enseñar algo pero no se atrevió o no quiso decirmelo y dijo que era una tontería.
Esa visiòn fue más corta pero no entendía que quería decir. Estaba incompleta. Lo notaba pero no sé porqué.
A lo lejos veía el lago formando pequeñas olas y corrí hacia allí sin pensarlo. Estaba tan concentrado en llegar que no me dí cuenta de que el demonió cayó encima de mi espalda. Pesaba mucho pero me deshice de él impulsándome a un lado y le corté la camisa con mi Katana.
Dejó al descubierto su torso que estaba lleno de marcas negras y escamas granate oscuro como su cola. Su sombrero también cayó. Era calvo y tenía su piel gris.
Me distraje un momento y me dio un puñetazo en la cara. Pude levantarme y le hice un corte en la cola. Mi intención era arrancársela de cuajo pero lo esquivó pero parece que encontré su punto debil. El demonio gritó.
Tal vez, si le arrancaba la cola, se rendiría. Fui a por él de nuevo y me lanzé a su cola.
El demonio debió de darse cuenta de lo que quería hacer porque saltó de una manera increible para esquivarlo. Aprovechó ese momento para aplastarme con su cola pero fui más rápido que él y salté bien alto. Error. Me cogió del tobillo con su cola y me estampó contra la hierba. Cuando toqué el suelo perdí la Takana no sin antes hacerle otro corte en la cola, era demasiado dura para cortarla incluso para mi Takana. Me levantó de nuevo y me dejó bocabajo hasta que me enrolló el cuerpo por completo. Después de eso me golpeó una y otra vez contra el suelo. Empezé a sangrar, sangraba mucho. Me sujetaba de diferentes maneras (por un brazo, por el cuello, la pierna...) consiguiendo así que me llenara de moratones y puede que algún hueso roto. Y sangre. Mucha sangre...
Cuando mi vista empezaba a desvanecerse, otro recuerdo me vino a la cabeza... Estabamos en clase y Yukio nos estaba dando un lección sobre objetos mágicos y conjuros mágicos que repelaban a los demonios. En concreto me fijé en una especie de medallón de plata con alrededores azules y en el centro había un rubí circular. Giré mi cabeza y vi que Shiemi se fijaba también pero con nerviosismo. Luego la escena del jardín de au casa se repitió pero esta vez Shiemi se marchó y se le cayó algo del bolsillo. Estuve a punto de decirselo pero me di cuenta de qué era. El medallón plateado con el rubí. ¿Que hacía Shiemi con un objeto anti demonios? ¿Era eso lo que pretendía darme? ¿Para qué? ¿Que hacía?
Después aparecí por detrás de Shiemi y se lo metí en el bolsillo sin darse cuenta.
Otro golpe. Grité. El recuerdo terminó. Pero el dolor no. Ni la pelea.
Empezé a sentirme peor. El demonio me golpeó tantas veces, tan fuerte contra el suelo lleno de hierba y piedras que sentí que me iba a quedar inconsciente. No podía mover el brazo, me lo había rota y al vermelo vi que sangraba mucho y no sólo por ahí.- ¡Rin! ¡RIN! ¡RIN!
Me pareció oir a alguien pero yo ya no oía nada sentí una última sacudida y luego caí sobre agua. No podía respirar.
Hola chicos que tal? Espero que bien. Este capitulo ha sido largo porque no sé si podré subir más capitulos por el momento pero bueno yo lo intento. Un besito a todos. Chaooooo!!!!

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Ao no Exorcist: La historia de amor de Shiemi y Rin
RomanceLas cosas han cambiado desde que Satán fuera derrotado por los gemelos Okomura, pero no a mejor. Shiemi no habla con Rin, Yukio esta raramente unido a ella y Rin no sabe si confiar en sus amigos o más bien en si mismo. Tiene miedo de hacerles daño...