One-shots de los ninjas, tenia muchas ideas para diferentes one-shots con los personajes y no quería tener que hacer una historia para cada idea que se me ocurrió, así que decidí hacer este libro de one-shots.
Todos los capítulos serán sacados de mi...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"El Último Viaje: Un Nuevo Encuentro"
El barco de los ninjas se acercaba lentamente a la isla.
—No me gusta esto —murmuró Jay, apoyándose en la barandilla—. Esto tiene "atrapados en una isla maldita" escrito por todas partes.
—¿Qué es lo que buscamos exactamente, Sensei? —preguntó Cole, observando la densa selva.
Sensei Wu permanecía en silencio.
Zane, por otro lado, sentía algo extraño en su interior. Algo inexplicable.
Al tocar tierra, los ninjas notaron algo inusual.
A un costado de la playa, un barco destrozado y cubierto de musgo y lianas yacía entre las rocas.
—¿Cuánto tiempo crees que lleva ahí? —preguntó Kai.
—Muchos años —respondió Zane, examinando la madera podrida—. Parece que alguien estuvo aquí antes que nosotros.
El aire se tornaba más espeso con cada paso que daban hacia la prisión abandonada en el centro de la isla.
Los ninjas se detuvieron frente a la gran puerta metálica. Wu fue el primero en tocar.
Después de unos segundos, el sonido de unos cerrojos se escuchó desde adentro.
La puerta se abrió lentamente... revelando a una joven.
Zane sintió su mundo detenerse por un instante.
Su cabello caía en suaves ondas, sus ojos irradiaban calidez y sorpresa. Llevaba ropas sencillas, pero su presencia tenía algo especial.
—¿Quiénes son ustedes? —preguntó ella, con una mezcla de precaución y curiosidad.
Antes de que los ninjas pudieran responder, una voz resonó detrás de ella.
—¡Zane!
Los ojos de Zane se abrieron de par en par al ver a un anciano caminar hacia él.
—No... es posible... —susurró.
Era el Dr. Julien.
Su padre.
Zane sintió una mezcla de emociones que jamás había experimentado.
—Pensé... pensé que estabas muerto...
—Lo estuve, hijo —respondió el Dr. Julien, con una sonrisa triste—. Pero alguien me trajo de vuelta.
Zane cayó de rodillas, incapaz de procesarlo todo. Su padre lo abrazó, y él correspondió con fuerza.
Los ninjas observaban la escena con respeto, dándole su espacio.
Cuando el abrazo terminó, el Dr. Julien miró a la joven.
—Oh, por cierto... —dijo con una sonrisa—. Zane, quiero que conozcas a T/N.
Ella dio un paso adelante.
—Encantada de conocerte —dijo con una sonrisa amable.
—¿Ella es...? —preguntó Cole.
—T/N llegó aquí hace años en un naufragio —explicó el Dr. Julien—. La encontré en la costa y la cuidé. Desde entonces, se ha quedado conmigo.
Zane miró a T/N con renovada curiosidad.
—¿Por qué decidiste quedarte?
T/N bajó un poco la mirada antes de responder.
—No tenía a dónde ir. Y el Dr. Julien... me salvó.
La admiración en su voz era evidente.
Zane sintió algo extraño en su pecho.
Un calor diferente.
Un sentimiento nuevo.
Con el paso de las horas, mientras el Dr. Julien les explicaba cómo había sobrevivido y los ninjas exploraban la prisión, Zane se encontró cada vez más interesado en T/N.
Ella no era solo una extraña en la isla.
Era alguien fuerte.
Alguien que había elegido quedarse con su padre y cuidarlo cuando él no pudo.
Y, poco a poco, sin que pudiera evitarlo, empezó a sentirse atraído por ella.
T/N también lo miraba con curiosidad.
Había oído hablar de los ninjas, pero Zane... Zane era diferente.
No solo porque era un nindroide, sino porque había algo en su forma de hablar, en su mirada... que la hacía sentirse segura.
Esa noche, cuando todos estaban descansando, Zane salió al exterior.
No le sorprendió encontrar a T/N sentada en una roca, mirando el cielo.
—No puedes dormir —dijo ella, sin apartar la vista de las estrellas.
—No... demasiadas cosas en qué pensar.
Se sentó a su lado.
Hubo un silencio cómodo entre ellos.
—¿Sabes? —dijo ella—. Siempre me pregunté cómo sería salir de esta isla.
Zane la miró.
—Puedes venir con nosotros.
Ella sonrió, pero negó suavemente.
—No creo que sea tan fácil.
—¿Por qué?
T/N lo miró directamente a los ojos.
—Porque si me voy... dejaré atrás el único hogar que he conocido.
Zane entendió lo que quería decir.
Ella no se quedaba porque no tenía otra opción. Se quedaba porque había elegido este lugar.
Había elegido quedarse con su padre.
Y por alguna razón... eso hizo que su corazón sintiera algo más fuerte por ella.
—Yo estaré aquí —dijo en voz baja—. Hasta que decidas qué quieres hacer.
T/N lo miró sorprendida.
Luego, sonrió.
Y, por primera vez en mucho tiempo, Zane sintió que algo en su programación cambiaba.
Algo humano.
Algo llamado amor.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
