Capítulo 1

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Desde el punto de vista de Marc:

Marc: Mamá de verdad que no entiendo por qué tengo que ir. Nunca lo he necesitado

Roser: Marc sólo una vez. Es mucha la presión que tienes encima y no queremos que te pueda afectar más de lo normal

Marc: Que sepas que sólo lo voy a hacer porque vosotros dos- dije señalando a mis padres- no dejáis de insistir

Roser: Gracias cariño- respondió y me dio un abrazo

Marc: Bueno pues me voy ya que tengo que estar allí en poco más de una hora y no quiero llegar justo

Roser: Eso. Y dale gracias por no hacer esto como normalmente se hace, sino que ha podido hacer que sea algo más privado

Marc: Lo haré- abrí la puerta y escuché a mi hermano bajar las escaleras

Álex: Ya te vas al loquero?- preguntó riendo

Marc: Ya te tocará, ya- respondí mirándolo desafiante

Julià: Déjale Álex que bastante le ha costado aceptar ir

Álex: Bueno bueno. Si quieres voy contigo

Marc: No gracias. No quiero imaginarme el camino que me darías- me despedí con la mano, salí y cerré la puerta detrás de mi

Me monté en el coche y respiré profundo. Siempre había querido huir de esto. De tener que ir al psicólogo, pero puede que sea verdad que esto me haga realmente falta. Es mucha responsabilidad la que tengo y no quiero defraudar a nadie. Me vendrá bien. Sí, seguro. Además el psicólogo me entenderá bien, habrá tratado con otros deportistas que sufren más o menos lo mismo que yo. Me mentalicé y arranqué el coche.

El GPS me marcaba 45 minutos hasta llegar a Manresa, donde tenía la cita con el psicólogo. Si de verdad era así, iba a tener que esperar allí una media hora pero bueno, es lo que toca. Durante el camino estuve escuchando música pero cuando me quedaban 5 minutos para llegar vi un McDonalds y cómo quedaba media hora para la cita, decidí parar a comer un McFlurry, que ante esto no me podía resistir. No estaba dentro de mi dieta, estaba claro, pero uno tampoco me haría daño.

Terminé de comérmelo y acabé con los cinco minutos que me quedaban y llegué a la consulta. Cuando entré vi, para mi sorpresa, que no había nadie. Y en ese momento lo agradecí bastante porque no quería más público que él y yo.

La puerta suya estaba cerrada, así que pensé que quizás había otra persona dentro con él, así que decidí esperar fuera, y cuando me senté pude ver que mis piernas temblaban como hacía tiempo que no me pasaba. Pero si es sólo una charla, como si fuera un colega, no debe haber ningún problema.

Antes de lo que me esperaba, salió una chica de la consulta, sólo le eché un fugaz vistazo porque pensaba que era un paciente, pero entonces se acercó a mí.

X: Ah, señor Márquez, ya está aquí. Menos mal que he salido, no quería hacerlo esperar, pero pensaba que vendría más tarde- dijo mientras me extendía la mano. Era ella la psicóloga. Una mujer. Venga, ahora sí que estaba nervioso

Marc: Sí, había poco tráfico y he llegado temprano- respondí mientras se la estrechaba

X: Puede pasar cuando quiera, vengo en un minuto. ¿Necesita algo?

Marc: No, gracias- dije ya cortado y entré en la habitación esa. Un olor a médico me vino a la mente, y un escalofrío me recorrió la espalda. ¿Y ahora dónde me siento? Imagino que aquí, por lo que he visto en las películas.  Vi en uno de los lados un dispensador de agua y no lo dudé. Necesitaba beber. Cogí un vaso y lo llené pero me lo bebí en un segundo, así que lo llené otra vez y mientras bebía de nuevo, escuché que la puerta se cerraba y miré hacia ésta. Era la psicóloga, que no sabía ni su nombre, ya que todo lo había concertado Emilio. Solté rápidamente el vaso y me dirigí al sillón

¿Hielo o Fuego? (Marc Márquez & Álex Márquez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora