Capítulo 10: A oscuras

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  A ustedes dos, que me "obligaron" a subir el capítulo.

 —— O ——

  Era imposible tratar de leer con la poca luz que salía de la pantalla de mi teléfono. Eran cerca de las ocho y desde hace un par de horas estaba todo totalmente oscuro. Los ojos ya estaban empezando a dolerme y decidí rendirme en el intento de pasar el tiempo con un libro.

  Había estado hablando con Sami por medio de mi celular las últimas horas, antes de agarrar el libro, pero cuando me di cuenta ya se había gastado la batería. Sin celular tenía que hallar otro modo de iluminarme y no estar a oscuras.

  Salí de mi tranquila habitación, agradeciendo que Tiago no me hubiera molestado en esas horas, y traté de caminar y encontrar las escaleras. Claro que lo hacía palpando la pared con mi mano y caminando lentamente. Luego de dar unos pasos y mientras mis ojos se acostumbraban poco a poco a la oscuridad, me alejé de la seguridad de la pared y comencé a caminar hacia, donde yo creía, empezaban los escalones.

  Estaba a punto de llegar y comprobar si eran las escaleras cuando oí unos pasos detrás de mí y una luz me iluminaba desde atrás me di la vuelta rápidamente y el enceguecedor haz de luz me dio justo en la cara, causando que me tambaleara y diera unos pasos hacia atrás.

  — ¿¡Estás loca!? —Escuché la voz de Tiago justo en el momento en que tomó mi brazo y me alejó de los escalones en los que estaba a milésimas de segundo de caer—. ¿Querías matarte? Estabas a punto de caer.

  —Si no hubieras aparecido de la nada con esa luz no habría estado a punto de caer —dije con los ojos entrecerrados debido a la intensa luz que daba contra mi cara.

  — ¿Qué hacías a oscuras cerca de las escaleras?

  —Iba por algo para iluminarme... —dije poniendo mi mano frente a mis ojos para bloquear la molesta luz— mi celular... se quedó sin batería y... ¿Podrías dejar de iluminarme?, no puedo ver nada.

  —Ah, claro... —Bajó lo que, supuse, era su celular con la linterna activada.

  — ¿Y tú que hacías además de dejarme ciega? —Pregunté, parpadeando varias veces, para que las manchas que habían quedado en mi vista, debido a la repentina luz, se fueran.

  —También iba por algo para iluminarme, mi celular también se está por quedar sin carga.

  —Por lo menos la linterna sigue estando muy brillante.

  —Sí, bueno, vayamos a buscar algo.

  —Sí, está bien... tú ve adelante y alumbra.

  Tiago aceptó y caminó hacia las escaleras. Comenzó a bajar y yo lo hice detrás de él.

  — ¿Hay velas? —Preguntó cuando terminó de bajar el último escalón.

  —Sí, en la cocina.

  Asintió levemente con la cabeza y comenzó a caminar en dirección a la cocina. Íbamos en silencio teniendo cuidado de no chocar con algo, con la linterna del teléfono de Tiago iluminando el camino.

  De la nada escuché que él reía, en ese mismo momento dejó de caminar.

  — ¿Qué tienes? —Me encontraba confundida ante repentina carcajada.

  —Es que... por un momento imaginé que esto era una película de terror, y que en el momento en el que abriéramos la puerta de la cocina habría un fantasma o algo así...

  — ¿Eso es lo que te parecía gracioso?

  —Supuse que en el momento en el que viéramos al fantasma te abrazarías a mí en busca de protección... —Dijo con su típica sonrisa seductora.

No es el típico MujeriegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora