Capítulo 19: No soy tan fuerte

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  Imaginen que lo subí a la semana siguiente del anterior...

  ¡No me juzguen!

  No importa, acá está, y como siempre, se lo dedico a las dos locas que no me dejan de recordar que tengo una novela que escribir...

 —— O ——

  Los ojos de Max parecían estar por salirse de su cara. Sami lucía igual de asombrada.

  —Maia... no entiendo... ¿Para qué quieres la dirección de esa chica? —Preguntó totalmente confundido.

  —Escucha, sé que quizás no sea una muy buena idea... pero creo que Lucas debería hablar con ella.

  —¿Estás loca? —Exclamó—. Ella podría mandar a Lucas a la cárcel si se le acercara.

  —Pero primero hablaríamos con ella y si se niega a verlo entonces no ocurrirá nada malo, sólo nos iríamos.

  El negó con la cabeza. —No lo sé, Maia... Es algo arriesgado... Ella no se sentirá bien al verlo.

  —Exacto, quizás, si ella ve lo mucho que cambió Lucas debido a lo que pasó, se sienta mejor.

  —Maia... —Interrumpió Sami algo nerviosa—. ¿Estás segura de que esto es una buena idea?

  Suspiré. —No, pero siento que se lo debo a Lucas.

  —Estás metiendo el dedo una herida que no sabes si cicatrizó —comentó mi hermano.

  —Piénsalo —continuó mi amiga—, ¿cuáles son las probabilidades de que salga bien?

  —¿Y las probabilidades de que salga terriblemente mal? —Completó Max.

  —Sé que es una locura, sé que puede salir mal. Pero si lo hacemos con suficiente cuidado podríamos evitar un final catastrófico y quizá incluso podríamos darle un final feliz a esta historia.

  Sami y Max se atrevieron a mirarse por primera vez desde hace mucho tiempo. La idea no les atraía pero parecían debatir con miradas si apoyarme o no. Luego de un largo silencio, Sami apartó la mirada y pude ver que se había ruborizado, Max por su parte parecía incómodo.

  —Está bien. —Habló finalmente mi hermano—. Pero si llego a estar seguro de que todo va a terminar peor de lo que empezó, me salgo y empezaré a ignorar todas las ideas que tengas.

  —¡Gracias! —Me apresuré a abrazarlo. Sin apartarme de él miré a mi amiga en busca de una respuesta, se encontraba incómoda con la presencia de Max ahí, no se atrevía a mirar en nuestra dirección.

  —Te ayudaré. —Contestó mirándome fugazmente—. Para eso están las amigas. Después de todo te la debo por todos los líos en los que te he metido.

  Sonreí. —Ven aquí —dije abriendo mi brazo libre, ya que el otro seguía abrazando a mi hermano.

  Ella se incomodó pero aceptó el abrazo. No quería estar cerca de Max, era obvio, pero yo no quería que ellos siguieran así.

  —Son los mejores —exclamé dando por terminado el abrazo.

  Max se rascó la nuca nervioso. —Bien, te conseguiré la dirección de Lara. Nos vemos luego.

  Se fue demasiado rápido hacia su salón, todavía no había terminado el recreo. Me quedé observando a Sami, quien se encontraba mirando el piso.

  —Di algo. —La animé.

  —Tengo miedo de que este plan salga mal, pero te apoyo.

No es el típico MujeriegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora