Capítulo 11: Casi me pilla.

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✴✴✴✴✴ NARRA TN ✴✴✴✴✴
Bajé del coche porque Edoardo había dicho que ya habíamos llegado. Miré su casa (bueno, su apartamento) y me pareció acogedor por fuera. ¿Sería igual por dentro? Me encaminé hacia la puerta, pero...:
Gianluca: EJEM, EJEM...
Me di la vuelta:
TN: ¿Qué tienes?
Edoardo estaba enfrente del maletero abierto, y señaló con la cabeza mi maleta:
TN: Uy, lo siento... Me olvidé completamente de que había traído equipaje, perdona.
Edoardo: No te preocupes, solo necesito que me ayudes a sacarla de aquí, luego ya puedo llevártela yo.
La sacamos entre los dos y él la puso en el suelo con la intención de transportarla él mismo, pero yo no lo dejé:
TN: Ya puedo yo, gracias.
Gianluca: ¿Estás segura? A mí no me importa en absoluto.
TN: Segurísima. Quiero llevarla yo.
Gianluca: De acuerdo, toma. Yo abriré la puerta.
Me la cedió y yo la hice rodar hasta la entrada. Vi cómo él metía una llave en el cerrojo y por fin abrió:
Gianluca: Adelante, las damas primero.
TN: Gracias...
Me adentré con todas mis cosas y me quedé con la boca abierta contemplando el piso. Era mucho más pequeño que la casa de Ignazio, pero sin duda mucho más bonito y parecía un lugar mejor para quedarse a dormir. Edoardo pasó por mi lado:
Gianluca: ¿Y esa cara?
TN: Ah, nada, es solo que... Tu apartamento es muy guay. Me gusta mucho.
Sonrió:
Gianluca: Bueno, me alegro de que te guste. ¿Quieres... Quieres cambiarte para irte a dormir?
Asentí:
TN: Sí, por favor.
Gianluca: El baño está ahí.
Me indicó una puerta y me metí con la maleta para ponerme un pijama.
✴✴✴✴✴ NARRA GIANLUCA ✴✴✴✴✴
TN se fue al baño para cambiarse y yo aproveché para entrar en mi habitación y hacer lo mismo. Me quité los pantalones, las gafas, los zapatos y la camisa:
Gianluca: Oh, Dios, qué gozada poder quitarme ya estas putas gafas... Es agotador llevarlas puestas tanto tiempo...
Las dejé en la mesita de noche y empecé a deshacer la cama para poder meterme en ella y descansar un rato, cuando...
TN: Oye Edoardo, ¿y yo dónde duermo?
Me giré, pegando un grito:
Gianluca: ¡¡¡AAAHHH!!!
TN: ¡Perdón, perdón, no pretendía asustarte!
Pero luego la expresión de su cara cambió para semejar extrañeza:
TN: Hey... No llevas las gafas de sol... ¿No era que tenías unos ojos muy sensibles?
Justo cuando lo dijo, no tengo ni idea de cómo lo hice, pero me lancé en plancha sobre la mesita y las agarré al vuelo, poniéndomelas en menos de una milésima de segundo:
Gianluca: ¿Qué? Yo... Yo las llevo puestas, ¿qué dices?
Ella se acercó a mí y empezó a dar vueltas a mi alrededor. Me ponía nervioso:
Gianluca: ¿Qué... Qué haces, si se puede saber?
TN se paró y me miró fijamente:
TN: Eres extraño, ¿lo sabías?
Hice una pedorreta para aliviar mis nervios:
Gianluca: ¿Ah, sí? No me digas...
TN: Sí, desde luego que lo eres. Hay algo que no cuadra...
Se acercó mucho más a mi cara:
TN: Y terminaré averiguando de qué se trata. Soy inocente, no tonta.
Gianluca: Yo... Yo nunca he dicho que fueras tonta. Pero es una estupidez desconfiar de mí, ¿no crees?
TN: Bueno, pues entonces deja de darme razones para hacerlo.
Miró al suelo y sonrió ampliamente:
TN: Tranquilo, era broma. Aunque sí que ha sido raro verte sin gafas.
Comencé a temblar:
Gianluca: ¿Me has visto los ojos?
Ella negó. Menos mal:
TN: No, no me has dado tiempo...
Gianluca: Ah, vale...
Bostezó y se quedó mirando la cama:
TN: ¿Dónde dormiré?
Gianluca: Eh... Pues... Aquí.
Pareció aterrorizada:
TN: No quiero dormir en tu cama.
Me empezaba a agotar la paciencia, todo le parecía mal... Trataba de entenderla, pero no se me hacía fácil:
Gianluca: Por favor, yo también estoy muy cansado, solo acepta lo que te ofrezco y descansemos, ¿vale? No dormiremos juntos, si era eso lo que tanto te preocupaba, te estaba preparando la cama. Anda, métete.
TN: ¿Y tú dónde vas a dormir?
Gianluca: En el sofá.
TN: No, yo dormiré ahí.
Gianluca: Que no, joder. Déjame ser un caballero.
TN: Es que me haces sentir mal con tanta educación y tanta amabilidad... Yo duermo en el sofá.
Iba a salir de la habitación, pero me abalancé y la tiré en la cama. Ella gritaba, pero después empezó a reírse como una loca:
Gianluca: ¿De qué te ríes?
TN: Me haces cosquillas...
Sonreí:
Gianluca: Así que tienes cosquillas, ¿eh?
Empecé a hacérselas:
TN: ¡NO, NO, PARA, POR FAVOR!
Yo también me reía:
Gianluca: NO PARARÉ HASTA QUE ACEPTES DORMIR AQUÍ.
Seguí haciéndole cosquillas hasta que vi que lloraba de risa:
TN: Vale, vale, duermo aquí... ¡QUE DUERMO AQUÍ, DIJE!
Paré y la arropé, justo como lo haría un padre con su hija:
Gianluca: Genial. Buenas noches.
Iba a marcharme, pero volvió a llamarme:
TN: Oye, Edoardo, me voy a levantar...
Se levantó y yo la amenacé otra vez con las cosquillas:
TN: No, tranquilo. Solo quería ir a por un vaso de agua.
Se lo permití y, al llegar a la cocina, me di cuenta de que la tortilla seguía encima de la mesa. Ella la miró y la señaló:
TN: ¿Qué es eso?
Gianluca: Ah... Es lo que estaba haciendo cuando me llamaste pidiéndome ayuda.
Se rió. Bebió un poco y regresó a la cama:
Gianluca: Ahora sí, buenas noches, TN.
TN: Muy buenas noches, Edoardo. Nunca podré agradecerte lo suficiente todo lo que has hecho por mí.
Le dije adiós con la mano y me acosté en el sofá, tapándome con una manta y dejando las gafas en la mesa del salón. ¿Cuántos días duraría esto? Aquí corría serio peligro de ser descubierto... ¿Cómo había sido tan tonto dejando entrar así por las buenas a TN en mi casa?

✴ VIVO PER LEI ✴ {Gianluca Ginoble & Tú} #Wattys2015Where stories live. Discover now