Breaking down. [KidxLaw, ZoroxLuffy]

Vergüenza.

Seguía estrechándome con fuerza. No es que no pudiera librarme de él, pero no veía necesario usarlas para hacer algo que no quería.

Aunque si era así de vergonzoso iba a causar algunos problemas a la hora de hacer ciertas cosas.

-No pienses que soy débil...- masculló en mi cuello temblando.

¿Tantos nervios tenía? No pude evitar reírme.

-No lo pienso, ahora. Pero si te pones así por un simple beso, no vas a poder disfrutar del resto.

-¿El resto?- preguntó confuso.

No tenía intención de hacer nada con él. Cierto era que sentía cosas que no eran normales, pero al menos tenía cabeza. Aunque ya había dejado de pensar en el renacuajo como hombre. Lo veía como persona.

-Ya lo entenderás en algún momento de tu vida. Vamos dentro que sigue nevando.

Me zafé del agarre delicadamente y pasé a mi edificio guiando al menor.

-Puedes tomar una ducha si quieres, así entrarás en calor.

-Pero... estoy en tu casa y no creo que deba- dudó por educación.

-Cuando se trata de meterte en mis asuntos no te vuelves tan civilizado, tsk. Anda, ve, no vayas a dejar rastros de nieve en mi casa.

-Borde, jmph.

Tomó su ropa y se dirigió donde le indiqué. Luffy se iba a bañar en mi ducha. Deseché la idea que se me acababa de pasar y fui a la cocina a preparar algo simple.

Me paré a revisar la mensajería del móvil, pero nada. A pesar de que había quedado en hablar con Trafalgar, aún no había noticias de él. Mejor no lo molesto.

Y en el proceso de terminar lo que sería nuestra cena, oí un ruido seco seguido de un grito proveniente del baño.

Me preocupé. Es decir, podría tener un cadaver en mi ducha, no es que me hubiera vuelto un romántico empedernido, qué va.

Llamé a la puerta intentando obtener una respuesta en señal de que estuviera bien.

-Estoy bien, estoy bien. Tan sólo me he escurrido- se oyó a través de la puerta.

-Ay, ten cuidado mocoso. No vayas preocupando así a la gente.

Bufé y me fui de allí para no escuchar su respuesta. Al poco tiempo ya tenía todo preparado. Y yo, junto con lo preparado, estaba en lo que vendría a ser la sala de estar.

La puerta del baño fue abierta y Luffy no tardó en hacer acto de presencia en la sala. Lo que vi me dejó a cuadros. Y rojo, muy rojo.

Llevaba unos pantalones cortos demasiado ajustados a su cintura. Sus piernas se veían deliciosas gracias a ellos. Lo que cubría su pecho, en cambio, le quedaba demasiado holgado, dejando el resto de su figura a la imaginación.

Eso, con el pelo mojado y la toalla con la que se estaba secando hacía que cualquiera se hubiera replanteado su sexualidad.

-Ya está libre la ducha- informó.

Me puse en pie dispuesto a ir yo, no sin antes echarle un vistazo detallado al bulto redondo que tenía por trasero aquel muchacho. Entendí que me había pillado por la rojez con la que miraba el suelo. Suspiré.

Cogí únicamente los pantalones con los que iba a dormir. Siempre había sido caluroso hasta en invierno, y eso no iba a cambiar por el hecho de tener invitados en casa.