capitulo 1

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abrí la puerta de la bodega dejando mi charola en una mesa aparte, me apoye en la mesa y me fui deslizando en la pared quedando en cuclillas...cerré mis ojos y dejé escapar un suspiro de cansancio, había pasado tres horas seguidas trabajando haciendo lo mismo, caminando de un lado a otro transportando refrescos, cervezas y comidas a todos lo hombres que vienen como si no tienen casa a donde ir...pero desgraciadamente esto era lo que me daba lo que necesitaba para las medicinas de mi abuela...y para mi...bueno para mi un par de panes es mas que suficiente, prácticamente todo lo que gano es para mi abuela...y no me molesta en lo absoluto, porque ella se hizo cargo de una niña de siete años sin contradecir, ¿porque yo no puedo devolverle el favor? todo lo que hago lo hago por ella, porque me espera en casa preocupada por mi postrada en una cama, siempre con la misma sonrisa que tengo en mi memoria desde niña...estos zapatos me estaban matando...miré mis pies con mis zapatos de uniforme, ser mesera a pesar de que suene fácil es agotador con estos zapatos que cada paso es como si los pies están apunto de caerse de su lugar...

-¡Chelsea! - gritó mi jefe tocando la puerta varias veces, puse mis ojos en blanco y le respondí de mala gana...

-estoy aquí... - dije tomando de nuevo la charola y abriendo la puerta, lo vi parado con la frente fruncida y mirándome muy molesto... - ¿se le ofrece algo...señor? - pregunté seria

-¿¡se puede saber que diablos estás haciendo encerrada aquí?! - gritó, odiaba este señor, todas las noches era lo mismo, me gritaba y eso me tenía harta, se aprovechaba de las malas jugadas de la vida de muchas de este lugar, se aprovechaba de eso y las trataba como lo peor del mundo, cuando nos volvíamos locas con deseos de renunciar él usaba el chantaje, sabía que era nuestra única opción...sin dejar de lado el contrato...¡ese maldito contrato! - tu deber es estar con los clientes allá afuera...

-mi deber, como usted lo llama, es servirles lo necesario a las personas de allá afuera...en este momento todos están maravillados con esa mujer que les está bailando en frente de sus narices... - dije observando la escena con desprecio - la que hace poco contrató...

-es hermosa ¿verdad? - dijo sonriendo, puse mis ojos en blanco y reí sarcásticamente

-ella es una víctima más como todas nosotras...solo espere que pase el tiempo y que se de cuenta de lo que le espera... - dije, me dirigí hacia las bebidas para servir mas cerveza en copas...

-oh vamos...solo es una oportunidad la que le doy... - dijo siguiéndome - sabes que las que llegan a ese nivel ganan mucho más dinero...yo ya te lo propuesto...

-y yo ya le he dicho que jamás aceptaría hacer ese tipo de asquerosidades... - dirigí mi mirada hacia él - primero me muero de hambre...

me fui a pasar de nuevo por las mesas para ofrecerles algo de beber, pude notar como los hombres tocaban a la "nueva bailarina" que tenía frente a sus ojos...no sé como permiten hacer esto en un lugar como esto...este lugar podía ser diferente, como un restaurante, pero no como un prostíbulo...daba asco...

-¡señorita! - gritó alguien proveniente de una mesa, vi a un muchacho alzando su mano para captar mi mirada, me acerqué a él, estaba vestido con un traje negro pero con su corbata suelta...le sonreí lo mas realista que pude...

-bienvenido... - dije dejandole sobre la mesa una copa de agua y la otra de cerveza...

-gracias señorita... - dijo amable...

-no pareces ser de este ambiente... - dije extrañada, él me miró de la misma forma cuando se lo dije... - los hombres que suelen venir acá son unos pesados y unos...mal intencionados... - él sonrió...

-soy Ernesto Sifontes - dijo extendiéndome su mano...dude al tomarla pero no perdería nada, de todos modos todos me veían aquí todas las noches...sonreí

-Chelsea Agron - dije sonriendo... - ¿quieres algo para despertarte o para el cansancio?

-no, solamente agua está bien... - dijo - ¿te gusta trabajar acá...? - preguntó de repente...¿le podía contar? ¡ah! que mas da...vi si estaba el gran señor cerca para cerciorarme de su presencia sorpresa...pero no estaba...

-no...no me gusta en lo absoluto... - dije - pero no tengo de otra... - confesé casi susurrando...

-¿tienes experiencia en otra cosa? - preguntó, fruncí el ceño ante su pregunta...

-pues, sé que tengo la capacidad de hacer cualquier cosa... - respondí dudosa...

-y...¿de secretaria? - dijo

-¿secretaria? - repetí, él solamente asintió

-verás, tengo un amigo que busca un puesto de secretaria y pues necesita a alguien que lo llene... - explicó sacando un papel o mejor parecido a una tarjeta...y me la entregó - lo llamas, yo le digo que te deje turno de día para que no tengas problemas acá...¿que dices...? - vacilé un momento la tarjeta... - si cambias de opinión simplemente lo llamas, yo me retiro...con permiso... - dijo antes de salir por la puerta, lo seguí con la mirada hasta que desapareció...

vi la tarjeta que estaba entre mis manos...

"Cristopher Cooper"

empresario...

¿debía llamarlo?

El JefeWhere stories live. Discover now