Capítulo 18: Lazos de fe, sangre y corazón

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 En la ligera penumbra de la estancia, Yuuka no se podía sacar la sonrisa de la boca, de la misma forma que Reiji tampoco podía quitar el rubor de sus mejillas. Yui, al lado de la muchacha, le guiñó el ojo de forma cómplice, haciendo que el rostro de su amiga se iluminase.

─ ¿Creías poder aguantar esto sola? ─le preguntó, dulcemente.

─Al menos quería intentarlo, y realmente creí que podría ─la sonrisa de Yuuka se torció─. Pero es obvio que no lo he conseguido. Lo cierto es que en el fondo ya había perdido la fe de lograr ocultar...todo.

Yuuka miró a su alrededor, arrepentida por su silencio pero todavía feliz por su aceptación. Sin embargo, el ceño fruncido de Yui a su lado la sorprendió. Su amiga la reprendía con la mirada, como ella sabía hacer tan bien. Sus orbes rosadas estaban oscurecidas; y aun así, seguían brillando.

─ ¿Qué? ─inquirió Yuuka, nerviosa.

─No vuelvas a decir eso ─dijo gravemente Yui, con sus labios convertidos en una delgada línea. La joven la observó extrañada, y luego miró a los demás presentes, como pidiendo una explicación que no obtuvo.

─ ¿A qué te refieres, Yui?

─ «En el fondo ya había perdido la fe» ─recitó su amiga─. Nunca digas eso, Yuuka. No se te ocurra hacerlo delante de mí. Nunca pierdas la fe ─dijo, muy seria. Yuuka la miró, entre sorprendida y divertida, pero sobretodo incrédula.

─ ¿Hablas en serio?

─ ¿Por qué no debería? Yuuka, tú siempre te derrumbas por los nubarrones que tú misma creas en tu mente. ¿No te das cuenta? Primero cuando Karl Heinz nos mostró tu pasado días después de que llegases a la mansión, después, cuando Rihter te hizo darte cuenta de tu lado humano, y aún hace unos días, cuando Touga quería hacerte Reina ─Yuuka se quedó sin palabras. Yui la miraba fijamente, con el rostro tan imperturbable que nadie se atrevía a comentar nada.

»Incluso ahora, Yuuka. Solo porque pensabas que nadie te aceptaría por ser lo que eres, te encerraste en tus pensamientos negándote a compartir lo que sientes ─su mirada se volvió dolorosa, al igual que el efecto de sus palabras sobre Yuuka─ ¿Por qué te empeñas en pensar que tienes que luchar sola?

─Yo no... ─intentó justificarse Yuuka, anonada y profundamente avergonzada.

─No pierdas la fe, porque no estás sola. Y si lo sientes así, nos tienes a nosotros, ¿no es verdad? ─Yui miró a los Sakamaki y a los Mukami seriamente, que se apresuraron a asentir; unos enérgicamente y otros más dubitativos, pero todos lo hicieron. A la joven se le iluminó el rostro, y se dirigió nuevamente a su amiga─. ¿Ves?

─Lo veo...Pero yo...

─No digas nada ─la cortó─. Somos amigas y no necesito ni explicaciones, ni excusas.

A pesar de sus palabras, Yui sonrió dulcemente, y la abrazó. Yuuka le devolvió el gesto, algo vacilante, pero después con todavía más fuerza. Luchó por contener las lágrimas que luchaban por salir de sus ojos─. Pero por favor, no pierdas la fe. La fe es lo último que se pierde, incluso después de la vida ─susurró.

─ ¿De verdad he hecho yo todo eso? ─articuló Yuuka, sonriendo tristemente.

─Bueno, ese es mi punto de vista religioso ─Yui se separó sin abandonar su expresión amable─. Recuerda que yo soy católica y...

Una risita al fondo de la habitación la interrumpió, atrayendo su mirada.

─ Yui-chan, ¿eres católica, aun conociendo y conviviendo con vampiros? ─inquirió Hanae, entre sorprendida y divertida─. ¿Incluso casada con uno?

Bloody Nightmares [Diabolik Lovers #2]Where stories live. Discover now