CAPÍTULO 22.

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—¿Y tú, Nash?

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—¿Y tú, Nash?

—¿Yo? —Juraría que está ocultando un tono burlón para no hacerme sentir inferior y, aunque lo agradezco, me hace sentir un poco tonta—. Es obvio que tengo ciertas creencias que tú no comprendes o que quizás no puedas llegar a entender, no de primeras.

—¿Y tan complicado es explicármelo o ayudarme a entenderlo?

Me mira sin saber qué decir o más bien sin saber cómo expresar una respuesta de la que no sabe cómo será mi reacción.

Dejo que un suspiro se escape de mis labios y, por una vez, cedo. Cedo porque sé que en el fondo tiene razón, ni yo misma sé cómo me tomaré sus declaraciones. No espero nada extraño, no obstante, es evidente que todo puede pasar.

—Déjalo —Me adelanto y continúo preguntando por su familia—. ¿Qué me puedes decir acerca de tus antepasados? Me sorprende que tengáis tantos recuerdos, tantas historias aún vivas y que os conozcáis con tanta profundidad. No me cansaré de decirte que me parece admirable el cómo cuidáis de vuestros ancestros...

—Es una tradición que forma parte de la secta a la que dices que pertenezco.

Giro el cuello con intención de descubrir en qué sentido lo dice y sonrío al ver que está mordiéndose el labio inferior a la par que uno de sus hoyuelos se marca, enalteciendo las pecas de la zona.

Síntoma inequívoco de que está aguantando una sonrisa y maldigo que lo haga, porque si hay algo que me encanta de este hombre es cuando sonríe con sinceridad, mostrando una sonrisa dulce, bonita e incluso infantil.

Sin poder evitarlo, estiro mi brazo hacia él y con el pulgar le obligo a soltarse la carne de entre los dientes, llevándome un pequeño aviso en la yema del dedo a causa de uno de sus afilados colmillos. Es increíble. Y aún lo es más cuando su sonrisa se expande y ahora son dos los hoyuelos que me muestra, dejándome ver y disfrutar de lo único tierno que hay en su rostro tan varonil.

—Somos 7 familias con un extenso linaje, cada una pertenece a uno y de ahí hemos ido descendiendo, algunos se han entrelazado entre sí y otros no, nunca nos hemos juntado sangre con sangre, si es lo que te preocupa.

—Pero si sois solo 7 familias, ¿no?

—Creo que no me estoy explicando, Red Deer, hay 7 creadores y de ahí descendemos. Elle y yo descendemos de los Fernsby, una de las siete familias; Nathan es descendiente de los Chadburn; los Ilunga son los Galel, por ejemplo.

—¿Y dónde entran Sellers y Sadie?, ¿por qué tanto odio hacia mí por parte de ella y de él hacia ti?

—Sadie es descendiente de los Edevane y Harrison de los Massif.

—O sea que todos pertenecéis a una familia de esas, ¿cierto?, ¿entre sus familias hay odio?

—No. —Evita esclarecer cualquier punto más allá de ese monosílabo negativo.

Wild life.Where stories live. Discover now