1 | Ahora

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Comenzó como un sentimiento

que después creció, convirtiéndose en una esperanza

•· ••· •· ••·

—Bienvenidos al Castillo de la Libertad. Yo seré su guía en esta visita y estaré encantada de responder cualquier duda. Pero antes de nada, ¿alguien sabe por qué se llama así este lugar?

La encargada de dirigir el grupo lanzó la pregunta con una sonrisa. La mayoría de las personas que visitaban el castillo no conocía su historia, así que contar lo más relevante de su descubrimiento era la mejor manera de empezar.

No esperaba que una mano se alzara entre las cabezas de la tercera fila. Y mucho menos que se tratara de una joven estudiante de unos diecinueve años. La chica tenía una expresión de entusiasmo contenido en sus ojos café y empezó a hablar en cuanto tuvo permiso.

—Fue descubierto en el año treinta del nuevo milenio, después de lo que se conoce como "el gran cataclismo". No se sabe el año exacto de su construcción ni su función. Su nombre se debe a los restos encontrados; un gran número de capas y banderas de color verde con el escudo de dos alas superpuestas.

La sorpresa se reflejó en los rostros de los allí presentes, incluida la guía. Aquella chica había dicho más de lo que ella planeaba explicar.

—Así es —asintió la mujer tras un breve silencio—. Ahora, síganme, si son tan amables. Comenzaremos la visita por esta sala, donde se encuentran algunos de los hallazgos más representativos del castillo...

—¿No puedes ir a ningún sitio sin llamar la atención, cuatro ojos? —susurró el chico que acompañaba a la joven.

Ella le ignoró. Acababan de entrar en la sala y ya estaba disparando fotografías, todas al mismo punto pero desde ángulos distintos.

—Deja de hacer fotos a lo mismo. Luego no puedes hacer más y me vienes llorando.

Pero nada podía borrar su emoción, ni siquiera la fría mirada de su amigo ni su cara de aburrimiento.

—Hange...

—Deja de quejarte, Levi. Y alegra ese careto, que estás en Alemania, la cuna de la historia. ¿No te parece increíble todo esto?

—No me interesa nada de lo que ocurriera en el pasado.

—¿No?

—Nada en absoluto.

La voz de la guía se perdió en la sala contigua, pero ellos se habían detenido frente a una de las vitrinas. Al otro lado del cristal se exponían unos extraños artilugios sujetos a viejas correas de cuero desgastado.

—Me gusta este país, por eso he venido —aclaró.

—Ya... seguro que no es por Erwin.

Levi chasqueó la lengua. Erwin siempre fue, y seguía siendo, su mejor amigo y compañero de universidad. Sin embargo, su relación cambió bastante cuando Levi empezó a sentirse atraído por él. Hange lo supo desde el principio y no dudaba en hacer comentarios sugerentes acerca de ellos. Era divertido en el fondo.

Hasta que un verano, Erwin les contó por What'sApp que había conocido a alguien especial en Alemania, su país natal.

Viva el grafeno!

Cuatro ojos, Erwin, Levi

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Endless | SAGA Lullaby #2Onde histórias criam vida. Descubra agora