Capítulo VIII

10.4K 563 13
                                    

Despierto, Nicholas corre conmigo en sus brazos, no siento dolor, pero aun así me siento muy débil. La velocidad que llevamos me marea y él no ha notado que yo desperté.

- ¿Qué paso?

- Mei ¿te sientes bien?

- Un poco mareada y débil, pero ya no me duele

- No te duele porque te hipnotice para que no sientas dolor, pero aun así no deja de ser grave – no entiendo nada

- ¿Qué paso?

- Blancos, te dispararon - ¿Por qué me dispararon a mí? – querían darme a mí y te pusiste en medio, justo cuando lo hicieron.

- ¿pueden matarte con una bala? – no le encuentro el sentido, ¿Por qué le disparan si no puede morir?

- No son balas comunes Mei, no de las que piensas, están hechas de lo mismo que están hechos los collares que ellos tienen – oh ya entiendo.

- ¿y de que están hechos?

- Creo que prefiero contártelo cuando no nos estén persiguiendo y yo rogando porque no te mueras - ¿morirme? Oh dios ¿tan grave es?

- ¿puedo saber a dónde vamos?

- Ni yo sé dónde vamos, solo quiero alejarme de ellos y conseguir un lugar donde pueda curarte.

-

Mejor no pregunto más, dejare que me lleve sin interrumpirlo. No escucho nada, como para pensar que nos están siguiendo. Siento que se detiene y suspira, camina lento, aprovecho para ver donde estamos ¿su casa?

- Aquí estaremos bien, por un tiempo.

- ¿no piensas que es muy obvio?

- Por eso mismo, es tan obvio que será el último lugar en donde nos busquen – oh, que inteligente.

-

Entramos rápido a la casa, empiezo a sentir dolor, creo que el efecto Nicholas se me está pasando. No me mira, parece preocupado, y pensativo. La casa está destruida, los cazadores la han revuelto por lo que se ve. Llegamos al cuarto de Nicholas, la cama esta desacomodada, hasta el colchón esta tirado. Me sienta en el suelo, con la espalda apoyada en la pared. Mientras el rápido la acomoda, creo que para que me acueste ahí. La cama de Nicholas, nunca pensé tener la posibilidad de dormir aquí.

Siento una puntada en mi espalda, definitivamente el hipnotismo se está yendo, comienzo a sentir cada vez más mi herida, ahora me doy cuenta que tan grave es.

- Nicholas – digo en un susurro, no puedo moverme, me siento débil, y el dolor lo hace peor.

- Mei – dice mientras se acerca a mí - ¿Qué pasa? – dios, es insoportable, mi mueca de dolor le avisa lo que está pasando – Mei, mírame, si te hipnotizo mirándote a los ojos, durara más – lo miro a los ojos - nec dolor ullus – oh, qué alivio. Impresionante.

Me levanta en sus brazos y me recuesta en la cama, ahora está buscando algo en su armario despedazado. Saca una caja y al abrirla creo que quiero salir corriendo. Tiene vendas y frascos, creo que son remedio, además de una cantidad de artefactos de cirugía.

- Dime que sabes usarlos, así no tengo que salir corriendo

- Se usarlos Mei, estudie medicina, todas las ramas - ¡todas! – hay que matar el tiempo en 343 años. – me gira y me coloca boca abajo

Cicatrices I: Marcas en la pielМесто, где живут истории. Откройте их для себя