El Poder De La Imaginación, Tétrico Y Espeluznante

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"¿Qué pasa? ¿Ya no quieres jugar conmigo?"

Me encuentro sólo en este frío valle desolado, escaso de colores. Por favor, ayúdenme a salir de aquí...

No sé dónde estoy, de dónde vengo, cómo llegué hasta aquí. Ayuda.

Sólo veo tonos oscuros, negros, grises y blanquecinos.

Me encuentro en un Valle rodeado de árboles y un totalmente brillante fondo blanco con mucha neblina que se iba abriendo a medida que avanzabas por aquél camino de tierra y pequeñas piedras.

No me queda otra opción que recorrer. Aventurarme en esa neblina y seguir caminando hacia adelante esperando encontrar a alguien que me ayude a salir de este horrible lugar colorless.

En lo que iba caminando pude divisar una nebulosa y oscura figura entre los mantos de niebla que me abrazaban.

Por fin!- grité.

Aceleré el paso y muy cansado corrí como pude hasta aquella vaga forma de las tinieblas.

Me acerqué y noté que era una figura de espaldas encapuchada de largos mantos oscuros. Quise tocarlo para preguntarle dónde estoy, o si él estaba en la misma situación que yo, perdido.

"Ya no quieres jugar conmigo... Le temes a las arañas... Ya no quieres jugar conmigo"- Era lo único que repetía en alaridos como si estuviese llorando.

Pero entonces bruscamente se dio vuelta y no pude creer lo que veía..

Esa cara, esos ojos, dientes, boca... Eran tan... Terroríficos.

La cara totalmente gris y cortada. Los ojos amarillentos y con forma de espina. Un ojo irritado con las venas muy marcadas en rojo casi escapando de su cavidad. La boca extremadamente abierta como una serpiente y los dientes. Esos dientes enormes y terriblemente afilados cual mandíbula de tiburón.

Una figura... Demoníaca.

Me gritaba con gran enojo y terror.

No pude evitar caer al suelo y tratar de correr hacia atrás, tratando de volver por el mismo lugar pero... Cuando retrocedí y me volteé... Ya no estaba en el mismo lugar.

Comencé a ver como se despedazaba el mundo desde mis espaldas hasta un punto en frente de mí.

Fue como cuando se humedece una pared y luego se le empiezan a caer los pedazos de pintura. Así es como se veía, todo se desmoronaba de la misma manera. Todo era blanco y negro.

Y luego.

Blanco. Blancura, blancura y blancura por donde mirase.

No se distinguía dónde comenzaba, dónde terminaba.

No se distinguía fondo ni suelo, ni techo, ni pared... Nada, sólo el color blanco.

Grité.. Auxilio! Ayuda!

Pero ni mi eco estaba acompañándome.

Y empecé a oír gemidos y quejidos, susurridos y lloriqueos a mis espaldas. Y mis pelos se erizaron por completo.

"¿Quieres jugar conmigo?"- Una voz sin edad inocentemente se escuchaba y me hablaba- "Date la vuelta y mírame"

Mi respiración se aceleraba y empezaba a sudar incómodamente pero no tenía ni la más mínima intención de darme la vuelta.

"¡Mírame!"- Puedo escuchar. Esta vez con un tono grave salido de las profundidades y cada vez más exigente y amargo.

Respiré profundo. Me tranquilicé. Suspiré... Y me di la vuelta y otra vez la misma figura con la misma cara que nunca olvidaré.

"¡¿Qué pasa? ¿Ya no quieres jugar conmigo?! Te sientes culpable!! Haz liberado el peor demonio!! Y todos pagarán por tu error!!"

Se abalanzó hacia mí y antes de que pueda tocarme... Desperté.

El Libro Rojo ©Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang