Negociaciones.

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«Ten en cuenta que te contaré mi propia historia de ocho años atrás en adelante, no enfatizaré en lo que ya pasó, pues dicen que recordar es vivir, pero para mi recordar aburre.»

«Pero para contarme tienes que recordar.» dijo la chica.

«No me interrumpas, me refiero a recordar antes del día que todo cambió.» dije.

«Ok, no interrumpo.» dijo.

Con el corazón roto, lágrimas en mis ojos y un dolor insoportable salí de ese restaurante.
A la salida me encontré con mi amigo el musico, este me detiene y se da cuenta de mi sufrimiento.

«Hoy no hay serenata.» dijo.

Este me acompaña en el carro y se sienta en el asiento del copiloto. Mientras voy conduciendo no hablo, más que todo por la pena que me embargaba.
El empieza a hablarme, trata de consolarme más que todo, a convencerme de que no todo está perdido y que esto lo superare, en ese momento yo frene en seco, obviamente el se asustó y preguntó:

«¿Qué carajos?»

«Sabes qué, tienes toda la razón, se que no es la mejor forma pero tu me acompañarás.» respondí.

Llamé a mi hermano, le dije que tan mierda me habían vuelto, lo mal que me sentía y que lo invitaba a "ponernos hasta las nubes" ingiriendo bebidas alcohólicas.
El acepto, dijo que tomaría un taxi apenas le dijera donde estaba.
Yo me aferré al volante e infringí varias leyes de tránsito, mi amigo iba rezándole a Dios para que no nos mataramos.
Llegamos a un estadero, es al aire libre, ponían buena música y estaba vacío. Le dije al tipo detrás del mostrador que me vendiera una botella de José Cuervo y que se percatara cuando esta acabara, pues si se acaba me iba del lugar.

«Yo no tengo dinero.» dice mi amigo.

«Por dinero no te preocupes, el despechado soy yo.» respondí.

Después de dos canciones tristes, cuatro tragos de tequila caliente y varios minutos de lagrimas, se apareció mi hermano, este me quitó el trago que estaba a punto de tomarme, lo bebió el y dijo:

«Esta medida es para mujercitas.»

Sacó una pequeña copa, legendaria en sus fiestas, le llamaban "El Cáliz Bendito".

«¿De verdad lo tragiste?» pregunté asombrado.

«El mismo que sirve y emborracha.» respondió mi hermano.

«¿Qué es eso? ¿Para que la copa?» pregunta mi amigo.

«Esto mi querido amigo, es la copa alcoholera legendaria, echa de la madera mas vieja en la que se maduraron muchos traseros.» responde mi hermano.

«Sigo en las mismas.»

«Mira porqueria, la madera de la que está hecha ese cáliz era de un viejo mueble de la casa, que dice mi madre estaba desde la juventud de sus abuelos, dicho mueble se dañó la primera vez que mi guapo hermano y yo nos emborrachamos por primera vez. En honor al sillón y por culpa de la borrachera, simbolizamos todos esos sucesos en "El Cáliz Benditorespondí.

«Ok, ya entendí. » dijo el músico.

«¿Entonces qué? ¿tomaremos o vinimos a hablar de la copa.» pregunta mi hermano.

Yo los veo a ambos a los ojos, mas bien nos quedamos viendo las caras por dos segundos, hasta que el musico dijo:

«¡Pues a Jartar!»

Mis Secretos SexualesWhere stories live. Discover now