Un Doloroso Secreto, Una Nueva Oportunidad.

1.9K 34 0
                                    

¿Saben ustedes lo que es sufrir? ¿han sentido una verdadera traición? ¿han sentido en su ser las ganas de destruir la feliz vida de quien los traiciona?

Esta es la parte de mi vida que me da mucho dolor contar, ya que es aquí donde mi mundo se fragmenta, es aquí donde me doy cuenta que el destino propio de una sola persona está escrito, pero es el destino de otros cagarse en el tuyo.

De penitencia había escogido salir con La Chica, habría podido escoger algo más atrevido, pero aprendí a respetarla cómo antes respeté a una sola mujer.
Salí de la rutina con ella e hicimos cosas que no hacía en mucho tiempo, tener una cita. Antes me esforzaba mucho para que todo saliera perfecto, pero esta vez no fue así.
Improvisé todos los planes, no sabia cuanto dinero iba a gastar, que tan tarde íbamos a llegar o que íbamos a hacer en realidad, pero todo salió de maravilla.
Lo primero que hice fue recogerla de clases, ella se había planchado el cabello para la ocasión, lo tenía largo, negro y luminoso, simplemente hermoso.

Primero la invité a comer, una comida varias horas después de almuerzo, se nos antojaron unas hamburguesas así que fuimos a un centro comercial buscando un local de comida llamado El Corral, pedí como entrada aros de cebolla que para mi son exquisitos aunque para ella no tanto. Pedimos hamburguesas distintas, no recuerdo cuales pero la cuestión es que estaban deliciosas y ella probó de la mía y yo de la de ella.
Después de comer salimos a buscar helados, no en ese preciso instante pero caminamos a ver cual vendía el más rico.
Mientras buscábamos empezamos a hablar de las circunstancias en que nos conocimos, nos reíamos de las historias que ella me contaba y de las que yo le contaba a ella.
Aveces me sentía incomodo ante la mirada de la gente y es que claro ella es mucho menor que yo y se nota más edad cuando me ven usar un bastón, no podría parecer mi hija pero al menos parecía su tío o hermano mayor.
Al final comimos helado, yo de jarabe de chocolate y ella de ron con pasas. Jugamos con los helados, nos untamos casi toda la cara, nos tocó lavarlas después.

Casi cayendo la noche fuimos a un parque de diversiones, literalmente tenía años sin venir a uno, aveces prefería que ella subiera sola a las atracciones, pero yo también me quería divertir, así que no podía dejarla sola.
Hicimos un orden de atracciones para así disfrutarlas cada una con su buena dosis de adrenalina:

-UFO.
-3000.
-Pulpo.
-Casa del Terror.
-Arca de Noé.
-Montaña Rusa.
-Kamikaze.
-Apocalipsis.

Así lo hicimos, justo en ese orden.
Reímos hasta que nos doliera la panza, hasta casi orinar y lagrimear de la risa. Gritamos por susto y por diversión, nos emocionamos como niños chiquitos.
Con ella me sentí joven de nuevo, como cuando comencé a contar mi historia, me sentí vivo, me sentí feliz.

Cuando la noche acabó René, el chofer, nos fue a recoger donde estábamos... Ah sí, accedió a trabajar conmigo después de lo Laila S. Hemch, sigo agradecido porque no aceptó el mismo día.

En el camino interactuamos con él, hablamos de todo lo que hicimos y él se reía de nosotros.
Primero la llevamos a ella a su casa, no podía dejarla en la puerta por lo que pensarían de ella, así que la dejé en la esquina de la calle, desde ahí la vigilaba hasta que entrara.

«Le fue muy bien con ella patrón, se ve feliz.» dijo René.

«Quisiera estarlo del todo compañero.» respondí.

«¡Ojo! Ahí viene de nuevo.» dijo.

«¿Qué?»

Ella volvió a ingresar a la camioneta rápidamente y con la emoción que traía me dio el primer beso que recibía de sus labios en los míos.

Mis Secretos SexualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora