Capítulo IV: Alcohólicos Anónimos

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Allison

Llegue al trabajo con unos lentes oscuros para tapar el desastre disimulado con el corrector de rostro que tengo hoy. Me siento mal, física y mentalmente... No puedo creer todo lo que paso anoche, es como si todo volviera, mis ganas de matarlo, mi odio y esa atracción física que siento por él y todos estos sentimientos que solo van acabar conmigo en cualquier momento.

-     ¡Buenos Días, Allison! -Ese es el efusivo y pesado del hijo de mi jefa.

-     Buenos Días Kendall. -Sonreí por cortesía y el siguió.

Bien, por lo menos no se quiso sentar "hablar" hoy, siempre intenta convencerme de que deberíamos de salir y yo trato de explicarle que no salgo con niños de mami y papi y que definitivamente no me gustan los menores de edad.

Hoy llegaba a la empresa una chica muy reconocida según mi jefa, ayer estuvieron haciendo fotos pero como era mi cumple años me dio el día libre, así que hoy la conoceré, además de ser la encargada de ella por estos días... Como si no tuviera suficiente en mi vida tengo que cuidar a una puberta no me molesta pero creo que si necesitara un problema más... Bueno, mejor no digo nada porque termino por sumarme otro problema.

            Numero Desconocido.
¿Como te sientes? ¿Podemos comer hoy? Necesito que hablemos... Por favor. Nick.

¿Será que se volvió loco? Me parece que no entendió que no tengo absolutamente nada que hablar con el, necesito una aspirina.

Salí de mi puesto de trabajo camino a la cocina para conseguir una de esas mágicas pastillas que calman el dolor de cabeza aunque no se si sirvan exactamente para la resaca. Odio esto. Camine a mi puesto de nuevo y mi jefa se acercó a mi sonriente con un capuccino en su vaso personalizado con su nombre y abajo la descripción de soy la mejor definan tener ego.

-     Allison, que bueno verte esta mañana... Pensé que no te levantarías. -Su ironía me enferma y como mi humor esta pasando su mejor racha en este momento... Sonreí

-     El deber llama. -Dije intentando no sonar chocante.

-     La responsabilidad ante todo, entiendo. -Se rió- ¿Algún mensaje? -Negué.

-     Solo su hijo en su oficina.

-     Muchas gracias. -Sonrío y avanzó.

Me puse hacer mis deberes cuando mi teléfono volvió a sonar, juro que odio este maldito aparato.

     Numero Desconocido:

Juro que si no me respondes invado tu oficina en este momento y no me voy hasta que hablemos.

¡Maldita seas Nick!

    Allison:

El acoso en este país es penado y me parece que fui bastante clara anoche cuando te dije que no te quería ver ni tenía nada que hablar contigo, ¿tan difícil es de entender? Las neuronas se usan Madden.

El teléfono no tiene la culpa y aun así lo estampe fuerte contra el escritorio. El teléfono no tiene la culpa pero se quien sí tiene la culpa.

Una Segunda Oportunidad [JCA 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora