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Seth parecía no querer aparecer y comenzaba a preguntarme en donde se había metido mi mejor amigo.

Suspire cansada mientras caminaba hacia las puertas del colegio para volver a entrar y buscarlo en el vestuario de los chicos, no es como si hubiera sido una santa en el momento que estuve con Calum y nunca me metí allí, porque debo admitir que lo hice pero nunca entre sola.

Tarde más de lo que espere caminando hacia allí, que era el lugar más limpio del lugar.

La limpieza para el entrenador es algo primordial y nada puede estar fuera de su lugar o ese hombre puede llegar a enloquecer.

Lo tuve que sufrir en mi casa, por un par de meses, ya que salió con mi madre y fue lo más vergonzoso del mundo.

Sacudí mi cabeza intentando pensar en otra cosa que no sea el entrenador sin camiseta, y no, no porque fuera desagradable verlo... sino todo lo contrario.

—Seth —canturree su nombre mientras asomaba mi cabeza e intente mantener mi mente en otra cosa que no sea recordar cuantas veces hice esto pero buscando a Calum —Sé que estas por aquí, aparece o tendré que entrar y no será bueno, quiero irme a casa —roge apoyada contra la puerta y al escuchar un ruido proveniente de allí, entre dando por hecho que mi amigo se encontraría allí.

Mi cuerpo se paralizo en cuanto entre y vi a Calum Hood, con Lucy Winston acorralada contra la pared.

Ok, quiero saltar por la ventana inexistente del lugar. Por favor.

—Calum —Lucy al abrir los ojos y verme se separo del morocho.

En cuanto él se dio vuelta, su rostro pasó de preocupación a inexpresivo.

— ¿Qué haces aquí, Macaria? —Aquel tono dulce que había usado el otro día ya no estaba, ni tampoco el lindo pero doloroso apodo que solía decirme.

—Seth —fue lo único que mi gran e inteligente boca logro pronunciar.

Bien, aplausos para mí.

Gracias cerebro.

—Siempre atrás de la gente como un maldito perro de la calle —su actitud me tomo por sorpresa, estaba ¿enojado? —Deja de mirarme de esa maldita forma, eres despreciable —Lucy levanto la vista — ¿En serio alguna vez pensaste que podría estar contigo por placer? —baje la mirada a mis manos y asentí —Que equivocada estabas, cariño —mordí mi labio inferior y levante la barbilla como mi madre me lo había dicho millones de veces —Conmigo no funciona aquello Tabani —sonrió mientras se cruzaba de brazos —Sé todo sobre ti y cada uno de tus miedos, así que déjame decirte que no eres tan fuerte —Lucy cerro sus ojos y lo tomo del hombro.

—Calum, no...

—No, no soy tan fuerte —la interrumpí y di un paso hacia él —pero tampoco soy insensible, no soy como tú —mi nariz picaba y sentía los ojos llenos de lagrimas —estoy llena de odio y rencor hacia ti Calum Hood porque arruinaste mi vida y no sé cómo seguir con ella —la sonrisa en su rostro flaqueo un poco pero no permití que mi cerebro piense que aquello lo había conmovido, no — ¿Quieres la verdad? ¿Quieres saber cuánto me afecto? ¿Eso te hará feliz? ¿Tanto me odias? —Lucy paso por su lado y camino hacia la salida del vestuario en cuanto comencé a remangar los pantalones para dejar al descubierto las marcas.

Y en cuanto levante la vista supe que había cometido un error, Calum estaba sonriendo mientras que lagrimas caían por sus mejillas.

—Tú no hiciste eso —intento acercarse a mí.

—Si, después de todo soy despreciable y ya no tengo futuro —deje caer mis pantalones y el dio otro paso hacia mí pero esta vez no retrocedí — ¿Piensas que alguien va a fijarse en mi? ¿En qué universidad van a aceptarme? ¿Qué pasara si tengo hijos? —Calum esta vez dio un paso hacia atrás y negó.

—Macaria, tú eres más fuerte que cualquiera de aquí —parecía realmente confundido.

Y tu acabas de contradecirte, pequeño imbécil.

Su mascara caía una vez que nadie estaba a nuestro alrededor y hasta parecía volver a ser el Calum que paso noches dándome charlas sobre lo mal que estaba la autoflagelación o cuán importante era mi vida. Pero no, toda esa maldita mierda fue una mentira.

Y mi vida al parecer no es tan importante.

Ya no mas —susurre y él cerro sus ojos —Te amo —volví a murmurar y me fui de allí tan rápido como pude.

El no me siguió, nadie lo haría y nadie pararía lo que viene.

Ni yo misma lo haría.

No seguiría con esto.

Macaria [cth]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora