Historia parte 1.

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El túnel.

Dentro de las capacidades humanas está en dar y recibir.

pero yo no era un humano... o quizás en ese tiempo no, porqué el humano es demasiado ordinario, y tiene cordura.

yo no era ni ordinaria ni estaba cuerda.

yo era viento, yo era marea, yo era tierra, era todo menos humana.

Dentro de las capacidades humanas, está el comprender.

Pero yo no comprendía.

yo no era humano, ni animal, ni planta ni nada.

yo era un Ángel, uno bastante común, no tenía alas, ni vestía una bata blanca, yo tenía un corazón y vestía un armazón... era yo tan pura qué incluso el agua era demasiado sucia para beber... Estuve consciente de mi alrededor pocas veces, la mayoría del tiempo estuve ocupada vistiendo los árboles y arreglando las nubes, con el sol casi nunca colaboré, era tan terco y necio qué de ves en cuando hablé...

Tuve sueños tan reales qué de las nubes me caí, fue entonces cuando desperté aquí.

Era de noche, una noche casi estrellada, pensé qué la luna y las estrellas estaban peleadas, ni siquiera las nubes se pusieron de acuerdo, mientras unas cubrían las otras se iban, el frío quemaba mi rostro y mis pies en el asfalto dolían, ¿Donde estaba? ¿Como volvería? en mis tres vidas había pisado tierra y si esto era ¿Donde quedaba lo bella? Recuerdo comenzar a andar por las calles, si es que eso eran... recuerdo ver lo más perturbador en todas mis vidas, y refiriéndome a estas, yo siempre estaba cambiando, la vida anterior fui ave, y la primera árbol... ambas fueron lo suficiente para volver a renacer... pero algo como esto era demasiado.

volteé la cara y a muy poco tiempo pude reaccionar una luz se dirigía con todo su radar hacía mi... no sabía qué la luz doliera tanto, qué te hiriera de tal manera, pero al verme arrollado en aquél asfalto tuve el dolor más grande.

Recuerdo quejarme durante un buen tiempo, después caer en un largo sueño...

¿Que hacía aquí? ¿Quien me trajo? ¿Porque lo hizo?

Cuando los rayos solares se asomaron por mi cara, recuerdo despertar asustada, estaba en el mismo lugar, y al mirar mi cuerpo era distinto... ni el armazón ni mi propio corazón eran los mismos.

me levanté con esfuerzo, me dolía todo el cuerpo... caminé a ciegas, pues el sol estaba a todo.

recuerdo ver a lo lejos un túnel, estaba tan lejos que se veía diminuto, y un presentimiento me dijo qué era el único camino para volver a casa, pero antes de irme quería descubrir, ¿Que era esto donde ahora estaba? así qué caminé por las calles, algunas vacías, otras llenas, observé a la gente qué en su aposento sólo caminaba para avanzar, eran tan automáticos, qué me sentí inservible, yo no vi a nadie sonriendo, tenían caras inexpresivas... y noté mi soledad en ese lugar, aparte de estar, me sentí solo, y lo estaba, lo estoy, lo estaré... Sentí una gran necesidad de tener a alguien, y al ver a un hombre común sentado en una bardilla le pregunté.

–¿Donde estoy hermano?

el hombre me miró un poco confundido.

—Lo siento, yo no hablo con locos.-Respondió.

me sorprendió su respuesta, yo no era un loco, yo era un Ángel, por lo tanto intenté explicarle.

—No, no soy un loco.- Le dije.- Soy un Ángel, he caído aquí sin razón, ¿Podría decirme donde me encuentro?

el hombre comenzó a reír a carcajadas.

—Estos locos.-Tomo una maleta qué estaba en el suelo y empezó a caminar.- Esto es la realidad, Ángel.-Dijo en tono irónico.

Aquel hombre pareció tener prisa, quizás el tampoco sabía donde estaba.

seguí andando por aquellas calles, y está vez decidí no sólo ver a los humanos, también el entorno, alce la vista y me sentí tan sorprendida, tantas luces, todas parecían vida, si el sol viera todo esto dejaría de sentirse tan vanidoso pues había desde luces blancas hasta soles rojos.

miré con gran entusiasmo todos los lugares, había tanto movimiento, cosas qué en su momento me hubieran sido de mucha utilidad, pero hubo algo qué llamó mi Atencion era un árbol, como el qué antes fui yo, pero no me pude comunicar con el, no pude ni sentirlo, me acerqué coloqué mis dedos entre sus hojas y rápidamente las quite... mis ojos empezaron a llover y una persona se acercó a ver.

—¿Que le pasa señora?.- vi su reflejo en el sol.

era una linda niña de cabello largo.

—El árbol.- Le dije entre sollozos.- ¿Que le han hecho?

—Es falso.- Dijo la niña riendo.- Todos los árboles son falsos, ¿Usted ha visto uno de verdad?

-Yo era uno de verdad.- Le dije.

no entendía nada de lo qué pasaba pero me destrozaba.

La niña me miró con una expresión, ¡Ella sentía!

— No llores, ellos dicen qué llorar es para tontos.

—¿Quienes ellos?.- Pregunté.

—Todos, los mayores no enseñan a ser como ellos, y si no eres como ellos simplemente no serás nadie.-respondió un poco decepcionada.

—Es qué yo no soy como ustedes.- Le dije.

—¿Entonces que eres?

—Soy un Ángel.- Le dije.

—Si fueras un Ángel tuvieras Alás.-Me reclamó.

—No todos tenemos Alas, pero si corazón, el caso es qué he caído en este lugar, y no se como volver, estoy pérdida. ¿Podrías decirme donde estoy?.-Le cuestione.

—Pues...- Dijo ella bastante pensativa.- No se donde estamos, pero mi mamá dice qué estamos aquí para ser alguien en la vida.

—¿Alguien en la vida? pero si ya somos alguien en la vida.

Ella alzó los hombros como respuesta.— Me tengo qué ir Ángel, espero qué vuelvas a casa.

—Esta bien.- Le dije..- Adiós pequeña.

ella se detuvo y dijo.- Oye...

—¿Que pasa?

–Si un día quieres volver, ¿Podrías traer contigo tus alas y un árbol? es qué en la escuela dicen qué estoy loca, pero ahora se qué no.

—Claro que sí.- Le dije.- Traeré árboles y umh las Alás lo veré qué hacer.

—Gracias.- Dijo y se fue.

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