Capítulo 12: Llamado de Auxilio

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En la mañana siguiente, Steven se encontraba limpiando el piso de la sala, cuando escuchó actividad en el portal de luz. Intrigado por lo que podría estar sucediendo, Steven dejó el trapeador y se dirigió hacia el portal. En el momento en que se acercó a el, una columna de luz se hizo presente por unos instantes, revelando a un individuo verde con una gema de peridoto en la frente.

- Steven: ¿P-Peridot?

La gema observó a su alrededor por un momento, constatando que estaba en el lugar correcto.

- Peridot: Oh, vaya, realmente funcionó. (Nota la presencia del niño) Ah... Steven. En buena hora estás aquí. Disculpa la interrupción... e-espero que no hayas estado ocupado en algo importante.

El híbrido dio un vistazo rápido a la sala. Casi todo lucía limpio, quizá haga falta pasar el trapeador por debajo de los muebles, pero eso podía esperar.

- Steven: No, para nada. ¿Qué sucede?

- Peridot: (Sobándose el codo y mirando el techo, dubitativa) Pues... me estaba preguntando... ¿por casualidad no se habrán encontrado ustedes mi cápsula de escape? Es que hubo un momento en el que, al regresar a buscarlo, no estaba allí.

El niño se dio cuenta rápidamente de lo que la gema hablaba.

- Steven: Ahhh, la que estaba en el campo de trigo, ¿verdad?

- Peridot: (Suspira) Sí... esa. ¿La tendrán por ahí, o es que ya la destruyeron?

- Steven: Bueno... Garnet la partió en dos para sacarme de allí.

- Peridot: (Sorprendida) ¿¡Cómo!? ¿Qué hacías metido en mi cápsula? ¿Y cómo lograste hacerla funcionar en primer lugar?

- Steven: Je je... digamos que... unos amigos y yo l-le dimos unos cuántos golpes.

El rostro de la gema del Planeta Hogar perdió todo rastro de emoción al escuchar esto.

- Peridot: Al menos... ¿tienen lo que quedó de ella?

- Steven: Claro. ¿La vas a necesitar?

- Peridot: (Se lleva ambas manos a la cadera, sarcástica) No, nomás quería saber cómo estaba.

- Steven: (Ligeramente nervioso) De acuerdo, de acuerdo... tranquila. (Recupera la calma) Ven, hay que buscarla.

Steven avanzó, pasando tras Peridot, hasta situarse en frente de la puerta del templo. Extendiendo ambos brazos, exclamó a voz en cuello:

- Steven: ¡Ábrete sésamo!

Un resplandor se estableció en su gema y en la gema de cuarzo rosado situada en la puerta. De inmediato un círculo rosa se dibujó alrededor de las 5 gemas situadas en al puerta y esta se abrió, mostrando tras de sí una habitación con un cielo infinito, en una eterna puesta de sol, con un suelo de nubes.

- Steven: (Alegre) Ja ja ja... me encanta decir eso.

El niño ingresó a su habitación dando brincos. Peridot lo siguió más despacio, observando los detalles de aquella habitación. Steven rápidamente movió algunas nubes para ocultar las burbujas al lado de la puerta antes de que su acompañante lo notara. De pronto la puerta se cerró, desapareciendo de vista.

- Peridot: ¿Eh? ¿Qué pasó?

- Steven: Descuida, eso pasa normalmente. (Mira al suelo, pensativo) Ahora... si fuera alguna de las gemas, ¿en dónde pondría la nave?

El niño se llevó la mano al mentón mientras lo pensaba... se trataba de un trasto aparentemente roto... ¿un trasto roto? Ese tipo de cosas tenía un único paradero en el templo.

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