VI

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Te amo con ese amor sombrío de un dramaturgo, con las penas baratas que me consumen. Sin monólogos de presentación, yo soy el perdedor.

Si duermo ha de ser porque no estoy contigo, por que nadie aprecia mi compañía. Por que la golondrina de las 300 poesías, la misma que inspiro a becquer, me tiene dando golpes a la pared.

Vida, que paso con ese viejo objetivo. Ya hemos perdido mucho el rumbo.

¿Qué paso contigo?, ¿A dónde te fuiste?, Que respirar se ha convertido en un martirio. Soy un dramático; como te extraño mi amada. Hace tiempo que no veo tu cabello en mi almohada, ni tus pies mojados en el piso, mucho menos veo tu silueta semidesnuda al despertar.

Hoy estuve apunto de romper mi armonía, quería volver a rozar mis manos en tu cuerpo; Sentir y respirar tu aliento, despertar y dormir abajo del manto de tu piel.

Los poetas están malditos, pero escriben como ángeles benditos. Y aún sigues siendo el cadáver al que le dedico cada verso aquí escrito.

Este Quijote hubiese sido juzgado por su demencia, por el demonio que me interna, como lo haces tú ante mi presencia. Para ti yo no valgo nada.

Serpientes En El EdénWhere stories live. Discover now