Capítulo 19.

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Omnisciente.

— No puedo creer que hayas hecho eso, Camila. — Ríe a carcajadas Cameron, acompañado del resto.

— ¡Tenía seis años! — Camila bebió de su trago. — No puedes culpar a una niña de seis años. — Rió ella.

Luego de pasar unas agradables horas en la playa, Cameron, Kylie, Matthew, Camila, Taylor y Summer decidieron volver a la casa. Al regresar, se toparon con la sorpresa de que los chicos, junto a Lya, habían salido a pasear por las áreas de Indiana y fuera de la misma ciudad. Junto a la noticia, los chicos les avisaron que igual se quedaran dos o tres noches fuera de Indiana. Así que, los tórtolos estarían solos unos tres días. En modo de "celebración", los seis tomaron unas botellas de vino, se sentaron en el suelo junto a la fogata y comenzaron a beber del vino mientras se contaban anécdotas sobre sus niñez.

— Mm, tengo una. — Kylie dejó la copa en el suelo. — Para mi cumpleaños número diez yo estaba empeñada en tener un unicornio. — Comenzó a contar.

Summer y Camila se comenzaron a reír en voz baja.

— Recuerdo eso. — Habló Camila entre risas.

— Estas dos imbéciles me preguntaron que quería de cumpleaños, a lo que le respondí con que quería un unicornio. — Siguió contando Kylie. — Recuerdo que tenía un perro muy grande, creo que era un labrador o no sé. — Bebió de su vino. — Bueno, en mi fiesta de cumpleaños, Sum y Cams me regalaron un paquete súper grande. Cuando lo abrí, era mi perro pintado de colores con un cono en su frente simulando un cuerno. Creí que era un unicornio real, así que me monté en el. — Comenzó a reír.

Todos le acompañaron en las carcajadas.

— ¿Y ustedes, chicos? — Pregunto Summer una vez paró de reír.

— ¿Recuerdan cuando la canción de Girl on fire, creo que de Alicia Keys, estaba a la moda? — Preguntó Matthew para luego beber un poco de su vino. — Bueno, pues yo amaba esa canción. Tanto que cuando Alicia comenzaba a cantar "This girl is on fireeeee" prendí el patio trasero de mi casa en fuego para darle más emoción. —

Todos comenzaron a reír a carcajadas.

— Acabo de imaginarme a un Matthew hecho todo una diva cantando la canción mientras su patio está encendido en fuego a sus espaldas. — Rió más fuerte Camila.

— Hey. — Matthew se quejó. — Diva no se hace, se nace. — Y sacudió su cabello, haciendo que las carcajadas de todos fuesen más fuertes.

— Tengo una, tengo una. — Rió Taylor. — He usado bandanas la mayoría de mi vida. Cuando tenía unos once o doce años tomé todas mis bandanas, las amarré, las colgué de la ventana de mi habitación, que como saben queda en el segundo piso, y traté de balancearme de mi ventana hacia la ventana de la casa de al lado. Las bandanas no aguantaron mi peso, terminé cayendo sobre el auto del vecino, el cual el cristal se rompió por mi culpa. Estuve un mes siendo el sirviente del vecino para poder pagar la deuda. —

Una vez más, todos rieron.

— Nunca pensé que no fueran tan pendejos. — Suspiró Cams.

Taylor y Summer se miraron. El chico la envolvió con un brazo y ella recostó su cabeza en el pecho de él.

— Ni nosotros pensamos que ustedes eran tan... — Matthew pensó las palabras. — ¿cool? —

— ¿Te lo preguntas? — Preguntó Kylie.

— Um... ¿no? — Dudó Matthew.

Kylie se levantó del suelo con toda la intención de darle un zape en la cabeza del rubio. Matthew, con todo el miedo del mundo, se acostó en posición fetal mientras le rogaba a Kylie que no lo hiciera. Antes de que ella pudiera pegarle, Cameron la agarró de la cintura y la elevó por los aires.

— ¡Suéltame! ¡El mocoso merece un zape! — Gritó Kylie.

— ¡Hey, hey, Kylie! ¿Acaso estás borracha? ¿Y ese cambio de humor drástico? — Cameron la bajó y la sostuvo por los hombros.

Kylie lo miró por varios segundos. Acto seguido, se echó a llorar. Todos se miraron confundido. Kylie no había mostrado señales de estar borracha ni tener algún problema.

— Ven, vamos arriba. — Cameron le regaló una leve sonrisa.

Ella asintió y ambos subieron las escaleras. Solo quedaban Matthew, Taylor, Summer y Camila. Estos se miraron confundidos ante aquella escena. Luego le restaron importancia y prosiguieron con su charla de hace rato.

Cameron.

Con mi mano entrelazada a la de Kylie, comenzamos a subir las escaleras hacia la habitación correspondiente. Ella no paraba de quejarse de cosas ocurridas en su vida, o cosas que habían en la casa, o algunas cosas que no les gustaba del magcon. Se quejaba de todo. Es como si nunca hubiese soltado todo lo que le molesta. Como si lo hubiese retenido por un largo tiempo y al fin explotó. Toda borracha, pero lo soltó. Se estaba desahogando conmigo. Eso me gustaba, pues si no lo había dicho antes es porque tenía miedo de algo. Es como si yo hacía que ella no tuviese miedo, como si los mismos se fueran cuando estaba conmigo.

— ¡Cameron! — Chilló Kylie.

Di un pequeño salto del susto y giré a mirarla.

— ¿Qué pasa? ¿Estás bien? — Pregunté algo preocupado.

Bajé un escalón para estar en el mismo que el que ella estaba. Tomé sus hombros y la miré fijó a los ojos. De repente, paró de llorar. Su respiración se controló drásticamente. Estaba inspeccionando mi mirada, como si en ella fuese a encontrar algo.

Negó con la cabeza lentamente.

— Yo solo... — Dejó la oración al aire.

Con sus delicadas manos, tomó y rostro y acto seguido comenzó a besarme. No tardé muchos segundos en responderle el beso, pues fue algo automático. Dejé de tomarla por los hombros y coloqué una mano en su cintura y la otra en su mejilla. La acerqué más a mi. No quería que se acabara el beso. Su boca sabía a vino, pero igual me encantaba la textura de sus labios con los míos. Giré mi cabeza para profundizar más el beso, desatando una magia que jamás había conocido en mi vida. Kylie me traía loco, de eso estaba seguro.

Ella se separó lentamente, arruinando por completo el momento. Su respiración agitada se mezcló con la mía que estaba en el mismo estado. Junté mi frente con la suya y cerré los ojos, tratando de calmarme. Ella estaba ebria, no quería aprovecharme de su estado y llevarla a la cama. Aunque tengo que admitir que ganas no me faltaban, pero igual no lo haría. Si lo hacía, lo hacía con ella consciente de sus actos. Que a la mañana siguiente no se arrepintiera de nada.

— Cameron. — Susurró Kylie.

— Kylie. — Le susurré de vuelta.

Bajó sus manos hacia mi pecho y los colocó sobre el, sintiendo como mi corazón palpitaba rápidamente. Esto solo ocurría cuando la tenía cerca.

— Me gustas. — Habló.

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⏰ Last updated: Dec 19, 2015 ⏰

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