Capítulo 15: Amanecer.

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"Hola de nuevo mi querido amigo.

¿Alguna vez has pensado en la espontaneidad? ¿No? Yo sí, de hecho todo el tiempo. Es algo en lo que me gusta pensar, en esa habilidad que tienen ciertas personas para actuar de acuerdo a sus impulsos. Debe ser una experiencia única en la vida. No tener miedo a la aventura, al deseo de conocer más allá de tu propia existencia, de sumergirse en un mundo completamente nuevo, hacer algo por el deseo de hacerlo y no por imposición de alguien más. Me gustaría poder llegar a sentir esa clase de valentía. Hay mañanas en las que me despierto y pienso que ese será el día en el que por fin pueda salir de la rutina en la que estoy, jugar con las posibilidades y dejarme arrastrar, aunque sea por un momento, por la corriente de lo desconocido. Salir y conocer nuevos lugares. Pero casi nunca sucede, ese deseo que tengo en mi interior parece evaporarse con suma facilidad.

A lo mejor estarás cansado de escuchar siempre el mismo nombre y la misma frase, pero admiro con todo mi corazón el arrojo que tiene Ethan. A pesar de que es el próximo Alfa de la manada, él parece disfrutar de la vida a su alrededor sin importar nada. Caminaba por los pasillos de la escuela, con los cuadernos en mis manos y el estómago vacío cuando lo escuché. Hablaba sobre la noche pasada en la que él, sus amigos y un grupo de porristas fueron de manera improvista a la cascada entre las montañas e hicieron una lunada, acompañados por el fuego crepitante, el clima perfecto y una noche estrellada. Eso hizo preguntarme ¿Qué se sentirá dejarse arrastrar por la espontaneidad? ¿Por hacer algo impulsados por un fuerte latido de tu corazón?

No quiero que me malinterpretes amigo mío, no los envidio. Con el tiempo he logrado aprender a aceptar lo poco o mucho que tengo. Una persona no debería desear las bendiciones del amigo, porque se estaría pecando de avaro y celoso. Siempre lo he dicho, para mi es mejor amar lo poco que tengo y ser feliz, que tener todo en el mundo y no conocer la verdadera felicidad. Es solo que me hubiera gustado saber qué es lo que realmente se siente comportarse de esa manera. Tener la suficiente valentía y libertad como para poder arriesgarme a tomar el sendero de un nuevo viaje, con los ojos cerrados, dejándome guiar por lo desconocido.

Me gusta escribir.

Amo la capacidad que tengo para poder plasmar sobre una hoja de papel todos mis pensamientos, ideas y porque no también mis fantasías. Puedo crear los más hermosos mundos o los más tenebrosos infiernos. Pero la fantasía hasta ahí se queda. El mundo en el papel no puede salir a trasformar mi realidad. Por más que pueda imaginarme mil aventuras, conmigo como el protagonista de cada una de ellas, no es lo mismo la experiencia a la imaginación. Es por eso mismo que cuando los escuché hablando sobre su pequeña aventura en la cascada, algo en mi interior se encendió. ¿Mi mundo es tan pequeño que no entra la espontaneidad en él? ¿Estoy inerme a las garras de la rutina? O ¿es que yo no tengo, ni tendré la habilidad necesaria como para enfrentarme a lo desconocido?

He notado algo muy curioso, Ethan y yo parecemos ser lo opuesto uno del otro. En los puntos donde yo fallo como persona, él parece sobresalir. Lo mismo ocurre en la inversa, donde Ethan falla yo sobresalgo. Es por eso mismo que tanta curiosidad me da. Sabes... me da risa el escribir esto, pero es que en ocasiones me pongo a pensar que tal vez si me le acerco un poco más, algo de su valentía y arrojo pueda pegárseme a mí. Quiero decir, la valentía debe ser contagiosa ¿o me equivoco? Si no fuera así, porque sus amigos hacen las más idiotas de las locuras cuando Ethan lo hace... debe ser porque la valentía y la espontaneidad se pueden contagiar, al menos eso es lo que creo yo. No lo sé amigo mío, a lo mejor la próxima vez que me siente frente a una hoja en blanco, pueda relatarte alguna aventura mía...

Lobo enamorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora