Capítulo 27: Despertar.

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Lucas.

¿Por qué me tiene que pasar esto a mí?

Yo solo quería asegurarme de que el amor de mi vida estuviera bien. Estar a su lado, sostener su mano y cerciorarme de que saldría de esta dura prueba. En cambio ahora estoy parado frente a su esposa, sosteniendo a su hijo en brazos, en una situación que claramente me incomoda. Me es inevitable preguntarme si todo esto no es más que una estúpida broma del destino. No sé qué hacer ahora. Una parte de mi quiere escapar, huir de una situación que no quiero enfrentar. La otra parte, la más oscura de todas, quiere confrontar a la maldita por haberse atrevido a acostarse con mi hombre lobo.

Dios... no cabe duda que soy la reina del drama.

—¿Quién eres?

Tiene una voz dura y muy fría.

—¿No piensas contestarme?

Suspiro... ¿debería hacerlo?

—¡Contesta! —Grita—, quiero saber quién carajo eres.

Por lo que veo tengo dos caminos frente a mí.

Por un lado puedo continuar como si nada, regresar al hospital al lado de Ethan y evitar un posible enfrentamiento con su esposa. O por el contrario, encarar a Kristen de una maldita vez y luchar por lo que me corresponde por derecho. No voy a negar que mi sangre está hirviendo. Al verla no dejo de imaginarlos a los dos en la cama, desnudos y haciendo el amor. Pero al mismo tiempo sé que tengo que controlarme un poco. No soy una persona conflictiva, nunca lo seré.

La verdad es que no me puse a pensar en todas las posibles consecuencias que traería mi relación con Ethan. ¡Admitámoslo! No es una situación sencilla. Después de contarme sobre su matrimonio y su pequeño cachorro, una parte de mí entendió que un encuentro entre ella y yo sería algo inevitable. Es obvio, por lo que puedo ver, que se aferra a una relación fallida más por sus propios intereses que por el amor puro que dice profesar. El problema es, que se dice, tiene un carácter de los mil demonios y eso es lo que me asusta.

Algo me dice que seré yo su próximo objetivo.

Tengo que tener mucho cuidado.

—No importa quién soy —respondo dándole la cara—. Lo único que debería interesarle, señora, es que no pienso permitir que lastime a un niño como él. ¿Le quedó claro? Es que por Dios... ¡¿Qué carajos le pasa?! No debería golpearlo y mucho menos si es su hijo.

—Lo que yo haga con mi hijo no es de tu incumbencia imbécil.

—¡Lo es ahora, señora! —respondo—. No sé lo que tenga que hacer o cómo hacerlo, pero no va a salir bien librada de esta.

—¿Me estas amenazando? —cruza los brazos. Su rostro a centímetros del mío—, ¿a mí? Sí que eres un estúpido, los dos lo son. ¿Qué planeas hacer en mi contra? Acaso no escuchaste que soy la esposa del Alfa de la manada. Primero hago que te saquen de aquí, antes siquiera de que puedas ponerme un solo dedo encima. Tengo mucho poder idiota ¡no quieres meterte conmigo!

—¿Y si le decimos a Ethan? —Interrumpe Vanessa—, veamos a ver si él está de acuerdo en la forma con la que educas a su hijo.

—¿Disculpa?... ¿Ethan?

Sonríe.

Un escalofrío recorre mi cuerpo.

—¿Algún problema?

—¿No será acaso que eres... Lucas Wood?

Su mirada cambia de pronto.

Esos ojos azules fríos, se trasforman en segundos en dos pozos amarillos y sin emoción alguna. Respiro profundamente. Esto no es bueno, no es del todo bueno. Un hombre lobo cuando está a punto de dejar brotar sus instintos más básicos, permite que el color de sus ojos cambie a un intenso tono amarillento. Por lo que he escuchado de Kristen, es una mujer con la que tengo que tener mucho cuidado. No quiero que esto se salga de control y nos afecte a todos. En especial a Vanessa, ella no tiene la culpa de nada de lo que está pasando.

Lobo enamorado.Where stories live. Discover now