8.Hogar

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El lugar era extraño, paredes blancas, un pasillo directo y muchas puertas a los lados, el piso perfectamente trapeado, de baldosas blancas, hacía frío y era quien más sufría de aquello pues estaba casi desnudo. Llegué a una sala con camillas.

Un hombre joven para mi gusto, de piel blanca perfecta para ser desollada, ojos cristalinos celestes, enrojecidos por estrangulación deben ser más hermosos con cada vena dibujada en el contorno a punto de estallar y un cabello decentemente peinado, rubio. Alguien parecía alterarse.

Me quedé en blanco unos segundos, ahora habían dos tipos detrás mío y a la fuerza me sentaban en la camilla, yo seguía esposado.

Carta de un Enfermo mental enamorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora