CAPÍTULO 31: EL MEJOR PLAN DE LA HISTORIA

348 31 0
                                    

CAPÍTULO 31: EL MEJOR PLAN DE LA HISTORIA

Después de los problemas que Blaine había tenido por la ruptura con Sebastian, comenzó a seguir los consejos de su mejor amigo y comenzó su nueva vida sin su ex-novio. Santana había estallado en gritos cuando se enteró de lo que Sebastian había hecho, no sabía por qué había actuado así. Varios Warblers le mostraron su apoyo después de varios días sin saber muy bien que hacer, pero él les pidió que no dejaran de ser amigos del castaño sólo porque su relación había acabado.

Sabía que tenía mucho camino por recorrer para encontrarse a sí mismo pero tenía ganas de dejar todo su pasado atrás. Le dolía mucho no estar con la persona que se había adueñado de su corazón, pero tenía que valorarse a sí mismo.

Era consciente de que sólo necesitaba un gesto por parte de Smythe para volver a sus brazos, pero pensaba aprovechar ese tiempo a solas para conocerse a sí mismo y saber cuál sería su destino. Sabía que quería dedicarse a la música o la interpretación pero no había definido todavía qué quería exactamente ni como conseguirlo, pero esperaba encontrar su camino.

Jeff y Nick habían notado el cambio de Anderson, conscientes de que había mucho positivo. Sin embargo, Duval estaba con él por las noches, escuchándolo llorar cuando pensaba que el otro estaba dormido, cuando se dejaba llevar por los pocos momentos de debilidad. A su vez, Sterling era testigo del sufrimiento de Sebastian cada día, viendo la tristeza y sabiendo que su ira era producto de que era consciente de que había perdido a Blaine y de que sabía que era principalmente su culpa.

La pareja estaba en la habitación del rubio, teniendo uno de los pocos momentos de intimidad que habían conseguido esos días por culpa de todas las cosas que habían pasado.

– ¿Crees que podemos ayudarlos de alguna manera? – Jeff quiso saber después de haber estado mucho tiempo demostrándose su amor y ponerse a hablar de diferentes temas, desnudos y abrazados.

– Bueno... Creo que lo único que podríamos hacer es que Sebastian se disculpe... Aunque no creo que eso llegue a pasar. Pero una cosa tengo segura, Blaine no lo va a aceptar de vuelta si no demuestra que está arrepentido... Y Sam se va a encargar de eso con tanta o más fuerza que el propio Blaine. – Nick informó, con el ceño fruncido porque veía casi imposible que esa disculpa se produjera.

– ¿Y si montamos una fiesta? Tal vez con ayuda del alcohol... – El rubio propuso.

– Las heridas que hay son más profundas y necesitan hablar, no emborracharse. – El moreno se mostró tajante.

– Nunca creería que pudieran volver sólo porque los emborrachemos... Pero tal vez el alcohol y unos celos bien dirigidos... – Sterling estaba exultante porque creía que su plan podía funcionar.

– Me da miedo saber lo que estás planeando...

– A ver si lo he entendido. – Kurt dijo mirando a Jeff y Nick alternativamente como si acabaran de decirle que los unicornios realmente existían. Por fin entendía el verdadero motivo por el que lo habían invitado a tomar algo en la cafetería. – Queréis que intente conquistar a Blaine pero sin llegar a conquistarlo, de forma muy evidente para que Sebastian se de cuenta.

– Sí, eso es exactamente lo que te pedimos. – El rubio dio varios aplausos, orgulloso de que el otro hubiera entendido su plan. Sabía que su novio no estaba muy de acuerdo con eso pero estaba desesperado.

– ¿Queréis que Sebastian me corte la cabeza? No creo que le guste mucho porque aunque no estén juntos, sigue amándolo. Si es que es amor lo que siente, tengo mis dudas. – El castaño estaba relajado e indiferente. No le gustaba para nada ese plan.

– Sebastian necesita reaccionar para luchar por Blaine. Por favor...

La hora de la cena llegó y casi todos los Warblers estaban allí. Nick y Jeff habían entretenido a Sam durante unos minutos por lo que cuando Kurt llegó, pudo ocupar el sitio que todos habían dejado junto a Blaine para el rubio. Sabía que se había ganado varias miradas extrañadas, pero no le importaba en absoluto.

– Me he dado cuenta de que tú y yo no nos conocemos... Sé que empecé con muy mal pie contándote lo de Sebastian pero espero que no me guardes rencor por ello, yo no podía soportar que nadie te contara nada y siguieras estando con él sin conocer lo que había pasado. Si querías seguir con él, al menos que fuera porque le perdonabas... Entiendes por qué lo hice, ¿verdad? – El castaño comentó y se ganó la mirada de todos, muy atentos a lo que acababa de decir. Incluso Smythe estaba escuchando atentamente, deseoso de saber hacia donde quería llegar y consciente de que había encontrado un nuevo culpable de sus problemas con Blaine. El moreno era el que lo miraba más sorprendido, totalmente ajeno a las intenciones del otro.

– Claro... De hecho, te lo agradezco. Prefiero saberlo a vivir en la ignorancia. – El ojimiel aclaró, deseando que todo quedara atrás entre ellos.

– Me alegra que no me guardes rencor... De esa manera podemos conocernos mejor... ¿Qué haces esta noche?

Sebastian se quedó sorprendido por el descaro de Hummel, que claramente estaba coqueteando con Blaine sin que éste se diera cuenta. Sus inseguridades hacían que el joven no creyera que nadie podría sentirse atraído por él.

– No tengo planes... ¿Alguna sugerencia?

Sebastian odiaba cada día más a Kurt. Se había convertido en la sombra de Blaine y sus coqueteos pasaban a ser muy indiscretos. Era imposible que el moreno no fuera consciente de lo que estaba pasando. Por eso fue a hablar con Anderson, cansado de que todo a su alrededor fuera tan complicado.

Lo encontró en la sala de estudio y le pidió que lo siguiera para hablar en privado. No sabía lo que iba a pasar y temía crear un espectáculo, por lo que prefería que no hubiera espectadores.

Los dos llegaron a la habitación, con el más bajo muy perdido porque no sabía qué quería el otro. El castaño señaló su cama para que el otro se sentara y éste obedeció.

– Quiero que pares lo que estás teniendo con Hummel. – El ojiverde obligó.

– ¿Quién eres tú para prohibirme nada? – Anderson preguntó desafiante.

– Blaine, te amo... Deja todo este sinsentido y volvamos a lo que teníamos antes. – Smythe suplicó.

– Fuiste tú el que comenzó este "sinsentido". Yo soy tan libre de hacer lo que quiera como lo fuiste tú cuando estuviste con Adam. – El ojimiel exclamó.

– Tú no me has visto con Adam... – Sebastian intentó explicar.

– Tampoco tú has podido ver nada con Kurt porque no ha pasado nada. Sin embargo, yo no paro de imaginarme como fue lo que sé que ha pasado entre Adam y tú. – Blaine confesó, agachando la mirada. Se sentía vulnerable por haber reconocido que su mente no paraba de dibujar escenarios en los que Crawford le daba a su novio todo lo que él no había sido capaz de darle durante ese tiempo. El moreno se levantó y salió de allí, no quería seguir con esa conversación.


A Whole New World (Fic Seblaine - boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora