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La campana del instituto sonó, haciéndonos saber que el reloj marcaba las 5:50 pm. Eso significaba que debía ir de prisa a la cafetería o sino llegaría tarde aunque mi turno no comenzaba hasta las 6:30.

Me disponía a salir del salón para después ir a la sala de música por mi guitarra y por fin irme.

-¡Luke! ¿Dónde vas tan de prisa?

-Voy un tanto apurado, debo ir por mi guitarra a la sala de música...

-Vamos Luke, no seas aguafiestas. Es viernes, ¿tanto te urge ir a casa?

-No es eso -negué.

-Mira, con los chicos iremos a comer pizza e irán algunas chicas del salón así que después iremos por unas cervezas. ¿Qué dices? -me invitó.

-No lo creo -negué lamentándome.

-¿Por qué tienes que ser así? ¡Mírate! -comenzaba a enojarse- tienes una horribles ojeras debajo de tus ojos y lo único que haces es estudiar y trabajar y ya ni siquiera tienes tiempo para salir...

-Trata de entenderme -me excusé.

-Después todo cambiará así que hace ahora las cosas que deseas.

-Pero de verdad deseo poder ir a la universidad -lo interrumpí.

-Ya ni siquiera tienes tiempo para tu mejor amigo.

Ashton obviamente se fue molesto y lo entiendo pero él ni siquiera intentaba entenderme. A mí realmente me preocupaba mucho mi futuro.

No tenía tiempo para lamentarme así que cuando fui por mi guitarra comencé a correr las 12 cuadras que separaban al instituto de la cafetería. Llegué exhausto pero no importaba porque aún me esperaban apenas comenzaba el turno y aún tenía 5 horas más de trabajo.

En la puerta me esperaba Laura, la dueña de la cafetería. Laura era una mujer que quedó viuda hace unos 2 años atrás y puso la cafetería para poder pagar los gastos de su familia y me trata como si fuera otro de sus hijos. Es una se mis razones de ser "feliz" al trabajar.

Rápidamente me puse el delantal y lo amarré en mis caderas para luego tomar la orden de algunas personas que estaban sentadas en el mesón largo, esa era mi área. Naturalmente al mesón iban todas las personas solitarias, tomaban un café y comías algo a excepción de uno. Él era alto pero un poco más bajo de yo, ojos cafés, siempre traía el pelo del mismo corte pero alternaba. Habían días que su pelo tenía ondulaciones naturales y otras veces lacio. Él siempre estaba solo pero era el único que no se sentaba en el mesón, él se sentaba en la última mesa que daba con la ventana, desde ahí podía observarlo todo el tiempo. Yo ni siquiera sé su nombre pero sé que tiene dos tipos de risas: una risa discreta que tenía al leer o al recordar momentos que guardaba en su memoria y otra risa a carcajadas pero casi igual de discreta que tenía. Tampoco sé si estudia en algún instituto o ya está en la universidad pero sé que hay cosas que estudia que realmente le gustan porque puedo notar como su tiempo vuela a leer algo que le gusta y como sufre con otras materias. También sé que desde que trabajo él pide el mismo café amargo que contrasta con las galletas más dulces de navidad, con chocolates y crema. No importa qué fecha era, él siempre pedía galletas de navidad. Me pasaba todas las noches tratando de descifrar siquiera su nombre aunque él no tuviera ni la más mínima idea de que existía porque a él simplemente se le hacía imposible poder mirar al mesón.

Servía los primeros cafés y él entró por la puerta. Yo estaba justo en frente de él pero él ni siquiera se molestó a subir la mirada, sólo la volteó a un costado para poder ver si "su asiento" estaba desocupado, como era de costumbre.

I don't even know your name. [l.h & c.h]Where stories live. Discover now