Lost Time

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Giras la cabeza y el futuro te acaricia, recorre cada poro de tu piel como una brisa suave. Te recuerda que es difícil mirar adelante, y te empuja hacia atrás, dándote cuenta que has de hacer fuerza y mantenerte en el presente para no caer en la tentación de perderte en recuerdos pasados. ¿Crees en el destino? Yo, sí.

El pasado me ha hecho crecer, arrancándome la juventud a tiras. Es una bestia insaciable: se alimenta de momentos, de sensaciones, de personas. Te hace ver que tu tiempo es pasajero. Esa bestia está preparando el terreno a nuevas generaciones. Es despiadada y cruel, nos hace sentir miedo, añoranza, impotencia... Y sigue creciendo. Nos susurra al oído, rozando la locura; cree saberlo todo.

El presente nos cae como un manto. Una figura versátil de dos caras. A veces es amable y nos sorprende con alegrías, y otras veces se siente pícaro y prefiere angustiarnos. En el fondo es esquivo. La gente lo busca y quieren mantenerlo a su lado cuando están a gusto, pero él corre, se aleja. En otras ocasiones lo repelen y quieren enviarlo tan lejos como fuera posible, al lado de la bestia, para que ésta dé cuenta de él. Pero se queda, inmutable, sosteniéndote la mirada con sus ojos glaciales. Sonríe.

El futuro se posa como una mariposa. Cuando viene de lejos es incierto dónde se va a posar, acaba de tomar vuelo. No obstante, aunque en una primera instancia apenas la oteamos como un punto en el horizonte, cada vez su presencia es mayor.
El batir de sus alas, una ligera agitación, se transforma paulatinamente en un viento que nos azota. Y entonces la ves: la mariposa trae los colores de la muerte. Te asustas, incluso más que cuando viste a la bestia del pasado. Es una simple mariposa, pero te aterra. Ahora ves sus alas descomunales; en ellas una calavera pintada. Sientes un vacio. Crees saber dónde se posará, pero el viento la agita violentamente.

Una vorágine de sensaciones te atropellan, y cuando crees que no puedes aguantar más, el viento cesa abruptamente, se hace el silencio, ya no sientes las sombras a tu alrededor.
El futuro se posa sobre tu hombro y repliega su alas con un elegante movimiento. Es una criatura bellísima. A tu lado ves al presente que se despide con una ligera reverencia. Sus ojos, aunque oscuros, parecen húmedos. A tus pies la bestia que tanto habías temido se acurruca contra tus piernas y no puedes sentir más que ternura.

Ahora lo comprendes todo y ves que es muy tarde. El tiempo se ha hecho tu amigo, tu final. Eres liberado.


Terror a media nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora