Mil vidas junto a ti

Capitulo 12

- Hola, Matt.

"Oh, gracias a Dios".

- Papá ¿Qué cosas recuerdas sobre James?

Silencio

- Bueno, todo, básicamente. Es imposible olvidar a ese cabrón.

Uf, está enfadado.

- Escucha - me pasé las manos por el pelo -. He estado haciendo algunas averiguaciones desde acá, ya sabes, desde que me dijiste que James tenia dos hijos.

- Continúa.

- Tengo sospechas, cada vez mas infundidas, de que su hija trabaja para mi.

Silencio.

- ¡¿De que mierda estas hablando Matt?! - gruñó.

- No estoy seguro de este hecho papá, así que no te sulfures tanto.

- Esto es serio Matt, mierda. Cuéntame lo que averiguaste.

- Holden, halló las fotos de dos niñas: Amanda Smith, pelirroja de ojos azules, y Tanya Owen, su madre. Aparece que ella y Smith se conocieron cuando trabajaba de prostituta. También aparece que Tanya apareció muerta dos años después de que su hija Amanda fuera removida del hogar. No aparece nada de William.

Escuche a papá maldecir.

- ¿Estas seguro de que la hija de Smith y la muchacha es la misma? Por cierto ¿Para qué la contrataste?

- Necesitaba una secretaria. Y no, no lo estoy. Le pediré a Holden que te envié la información, junto con la fotografía que Amanda entrego para la entrevista.

- Hazlo. Estaré esperando los datos. Mientras tanto iré cambiando la fecha de regreso.

- ¿Cuándo regresan?

- Debido a las ultimas noticias, en dos días.

- De acuerdo.

Silencio.

- Lamento que no hayan podido disfrutar el viaje.

- A la mierda el viaje, Matt. Tu y Emily son lo más importante ahora. Ese viaje podemos hacerlo en otro momento.

- Si, bueno, pero la idea era librarse de las tensiones, los dos

- April, sabe como quitarme las tensiones de encima.

Permanecí unos segundos callado antes de estallar en risas.

- Demasiada información, gracias. Hablaremos en otra ocasión.

- Desde luego.

La llamada finalizó. Guardé el móvil en mi bolsillo y me presioné las sienes. Nuevamente a ciegas, y esta vez con muchas mas dudas.

- Realmente espero que no tengas nada que ver con esto, Amanda, por que sino te arrepentirás de esto.

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La alarma sonó justo a las cinco de la mañana. Estiré el brazo para apagarla y bostecé. Estaba cansado, vaya que si, pero había decidido que esta mañana comenzaría de nuevo con la rutina de ejercicio. Me puse de pie rápidamente. Busqué entre los cajones unos pantalones deportivos y buzo con capucha roja. No me bañaría. Era preferible hacerlo al terminar. Guardé en mis bolsillos las llaves de auto, el móvil el juego de llaves y busqué el Ipod.

Sonando en mis auriculares Whitout You de David Guetta y Usher, comenzé a trotar tras salir del aparcamiento subterráneo del apartamento. Mientras trotaba notaba que aun no había amanecido, el cielo mantenía una capa impenetrable oscura de hace unas horas, con la misma intensidad como si pensara en no doblegarse ante ninguna especia de luz. En las calles no había muchas personas, restando a uno que otro corredor que salía hacer su rutina mañanera.