Hola, novio.

Epílogo.

Kath.

Desperté como normalmente lo hago, gracias a los ruidosos ladridos de mi pequeño cachorro Boomy pidiendo que lo sacara a pasear. Ésta siempre ha sido mi rutina diaria, pero hoy es el día.

¿Cuál día?

Donde le diré a Will la verdad.

En estos momentos, mi cuerpo experimentaba millones de emociones, no sé lo que pasará.

Pero si hay algo que sé, es que tengo un sentimiento que sobresaltan los otros, tengo miedo.

¿A qué? No lo sé, pero sin duda estoy aterrorizada, nunca he sentido esto.

Me paré de mi cama tambaleándome, vamos, también estaba muy nerviosa, demasiado.

Tomé una ducha rápida, que me hubiese gustado que fuera más larga, así tardaría más para mi sufrimiento. Tal vez parezca que estoy loca, pero es lo que menos me importa en estos momentos.

Will, lo he hecho sufrir, he de admitirlo, pero cada vez me siento peor después de lo que he hecho.

Tengo miedo a que me olvide. Pero claro que tendría todo el derecho de hacerlo.

Me visto y me desenredo el cabello, no me esfuerzo mucho para arreglarme, ya no me importa demasiado. Tomo mi bolso y la correa de Boomy, para después salir de mi pieza.

Me despido de mamá y salgo con Boomy, a la única dirección que jamás podré olvidar, la casa de Will.

Parece que el tiempo pasa volando porque en un abrir y cerrar de ojos, ya me encuentro en frente de la puerta. Me preparo mentalmente antes de tocar la puerta. Este es el momento que todos han esperando, pero yo no. Recojo las cartas que me ha dejado, después las leeré.

Cuando estoy completamente decidida, toco el timbre de la puerta. Oigo un "voy" por parte Will, claro, jamás podría olvidar su hermosa voz.

Sacó la carta de mi bolso, una carta especial.

Abre la puerta para después mirarme sorprendido. -¿Kath? -me pregunta sorprendido. Yo asiento tímidamente, le doy media sonrisa para después entregarle la carta que tengo en mi mano derecha.

Para despedirme de él, le doy un beso sonoro en la mejilla para luego susurrarle en el oído un "lo siento".

Con esto me separo de él y me voy lentamente. Él grita y grita, pero algo el esfuerzo de no salir corriendo hacia él.

Las lágrimas amenazan por salirse, pero es lo último que me importa.

¿Quién lo diría?

De Hola, novio, pasé a Adiós, novio.

Will, siempre te amaré.