Ella no era la última (Minho y ____ )

Salida

Cuando salieron del bowling no podían encontrar a los guardias por ningún sitio, pero lo que sí había eran más Cranks que cuando habían entrado. Elena continuaba dejando caer las lágrimas pero al ver tantos Cranks y que posiblemente estaban sedientos de sangre dejó de llorar y miró el lugar preocupada.

Los Cranks parecían casi al borde de llegar más allá del Final o ya lo habían alcanzado. Sus ojos transmitían con tanta fuerza la locura que tenían, tanto así Elena tuvo el impulso de salir corriendo, pero supuso que eso sólo empeoraría la situación.

‑Pero que bonitos estos Munis – habla un Cranks – ¿Por qué no vienen a jugar con nosotros?

Elena le gritó a Thomas por la mente que se apresurara a salir de allí y así lo hizo. Aumentó la velocidad de sus pasos poco a poco y comenzó a guiarlos por los círculos de casas. Cuando llegaron a una especie de claro se encontraron con que los guardias venían corriendo mientras eran perseguidos por unos Cranks y además habían perdido los Lanzadores.

‑¡Corran! – gritó uno de ellos.

Thomas miró a los tipos curioso pero no se movió hasta que estuvieron más cerca y todos notaron a los doce Cranks locos que gritaban cosas sin sentido e insultos.

‑¡Les dijimos que corrieran! – gritó el otro.

En ese momento, claro que acataron las órdenes de los guardias. Comenzaron a correr buscando la dirección de la puerta guiados por los guardias, en un momento ellos tomaron por un corredor de la izquierda y ellos continuaron corriendo hacia la dirección del portón.

En una ocasión, Elena observó sobre su hombro para comprobar qué tan lejos venían los Cranks, para suerte de todos, no los lograrían alcanzar y además, el portón estaba cerca. Cuando llegaron a la salida no se molestaron en cerrarla y continuaron corriendo hacia el Berg para que la escotilla se abriese luego de que Jorge presionó unos botones del panel. Todos se deslizaron hacia el interior del Berg y comenzaron a subir la escotilla, para cuando la escotilla se cerró por completo ya estaban en el aire y los Cranks no hubiesen podido hacer nada ya que no tenían armas a mano.

Elena se permitió recuperar el aire unos segundos para luego ser consciente que habían dejado a Newt atrás con un gran grupo de lunáticos. Escuchó a alguien dejarse caer y pudo reconocer a Minho sentado sobre el suelo del Berg como si se hubiese derretido o caído.

‑¿Qué va a pasarle cuando se le acabe la munición? – pregunta Minho, más que nada, al aire.

‑Él estará bien, o por lo menos, lo mejor posible – contesta Thomas mientras se deja caer sobre el sillón.

Elena se sentó en el sillón junto a Thomas y miró a Alexa ‑ ¿Estás bien?

‑Sí, estoy bien. Por lo menos no nos atraparon esos maniáticos.

‑Saben, creo que ahora entiendo un poco mejor a CRUEL. Daría lo que fuera por conseguir una cura y salvar a Newt – murmura Minho y se pone de para dejarse caer junto a los hermanos un rato.

Todos se quedaron en silencio mientras se perdían en sus propios pensamientos y volvieron a la realidad cuando escucharon a Jorge hablar.

‑Hemos llegado a Denver – informa –. Creo que debemos quedarnos acá un par de días y pensar bien lo que haremos ¿les parece?

‑Sí, por mí está bien... necesito procesar todo lo que pasó – responde Elena y se pone de pie –. Me iré a dar una ducha, arreglen lo que haremos ustedes, por mí no se preocupen.

Elena se marchó y los demás se quedaron conversando un poco más sobre la situación llegando a un acuerdo, primero se quedarían a descansar un par de días en el Berg y después entrarían a Denver cuando tuviesen un plan.