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| my life's a punishment |

Dejar a Michael era lo que menos quería en este momento de mi vida, pero parecía ser lo más seguro. Era eso o dejar que mi papá estallara delante de ellos, no podía dejar de llorar. Temprano me había dado cuenta de cuánto lo quería y de que tan importante era para mí, la supuesta pelea de la mañana fue por mucho, una estupidez delante de las cosas que había vivido con él. Además Luke y Ashton son geniales, luego de salir del cuarto de Mike dando un portazo me los encontré en la cocina viendo extrañados los waffles.

-los hice yo. -dije. -Pero Michael no quiso y... -continué mientras mi voz se apagaba.

-Oh, pobrecita. -ashton me abrazó. -fuiste víctima del mal humor mañanero de Mike.

-¿Fue la primera vez? -preguntó luke.

Asentí.

-pobre. -se unió al abrazo también. -Podemos ir por helado o algo así.

-¿quieres? -preguntó Ash separándose.

-Sí, estaría bien.

Salimos de la casa y pasamos un rato genial cargado de risas, haciéndome olvidar lo molesta que me había sentido con Michael y dándome cuenta de que ellos eran unos chicos comunes y corrientes bastante divertidos.

Cuando entré a la casa y me encontré con papá ahí creí que me iba a desmayar y al ver a Michael más pálido de lo normal me imaginé que el ya se había dado cuenta de todo.

Al bajar de la habitación de Michael con mi bolso me despedí de los chicos con un fuerte abrazo a cada uno y entre promesas de volvernos a ver, las cuales jamás se cumplirían, lo más seguro era que papá me encerrara en Tampa el resto del año y para entonces lo más probable es que ellos estén a medio mundo de distancia. Eché una última mirada al piso superior y me encontré con un Michael parado junto a la baranda de la escalera con sus mejillas y sus ojos rojos, me dolía verlo así. Salí lo más rápido que pude seguida por mi papá. Abrió el carro y me senté en el asiento del copiloto para llorar más fuerte de lo que lo había hecho adentro. La imagen de Michael en ese estado no paraba de reproducirse en mi mente.

-¿Por qué él? -preguntó papá luego de encender el auto.

No respondí.

-Nicole, habla. -golpeó el volante.

-Papá, él es genial... -respondí sollozando. -Él es bastante lindo conmigo. Pregúntale a mam-

-En lo que lleguemos a la oficina hablaré con ella y si has mentido acerca de que ella lo conoce te irá peor.

-¿Qué rayos harás? ¿Me vas a pegar? -solté molesta. -¿Lo harás luego de al menos 10 años?

-No te pegaré pero estarás castigada.

-Que importa si mi vida en general es un castigo. -bufé y me dispuse a mirar por la ventana.