Instagram; "Un ángel caído" «Shawn Mendes»

s e s e n t a y t r e s

¿Por qué de todas las adolescentes del mundo me tenía que pasar esto precisamente a mí? ¿Qué hice yo mal para merecer esto?

—¡Shawn no me puedes hacer esto!— grité con lágrimas en mis ojos. El pecho me iba a mil y él me miraba con indiferencia.

A él también se le aguaron los ojos y mordía su labio inferior. 

—¿Cuándo te enteraste?— murmuró con los dientes apretados. Ya se algún rato había llegado a su casa llorando, con una muy mala noticia.

—Hace un rato, fuiste el primero que lo supo, ¡No sé que decirle a mi mamá!— volví a llorar y tapé mi rostro con mis manos. Estaba esperando que los acogedores brazos de Shawn me envolvieran, como lo había hecho otras veces, pero nunca llegaron.

—Sharon..., yo apenas estoy comenzando mi carrera..., no puedo— sentí su voz y analicé sus palabras. ¿En serio el chico tierno, amable y dulce me estaba diciendo semejante frialdad?

—Entonces, ¿quieres que cargue sola con esto? ¡También es culpa tuya!— exclamé aún más dolida.

—Sí, lo siento Sharon, si de verdad me quieres, cargarás sola con esto y me dejarás triunfar, ¡Apenas estoy comenzando a ser famoso, un bebé destruiría todo lo que estoy creando!— me gritó en la cara y me espanté. 

—No puedo creer que estés diciendo esto, ¡No lo puedo creer!

—Creélo, el chico tierno y tonto ya se fue, y tú arruinarás mi carrera con un estúpido bebé— dijo. Definitivamente ese no era Shawn, no podía serlo.

—Shawn..., por favor, tengo diecisiete años, no sé que hacer— murmuré destrozada y cansada. Jamás pensé que esto me pasaría a mi, y menos que Shawn me tratara de esa forma.

—Sí y yo tengo una fama que alcanzar— caminó hasta la puerta de su habitación y la abrió, se puso a un lado y me indicó que me fuera. 

Tímida y dolida caminé hasta quedar afuera de la habitación de uno de los chicos que iba a ser mi novio. Nash ya me dijo todo lo que tenían planeado y ahora lo he arruinado.

—Shawn..., mamá me echará a la calle— me mordí el labio rezando para que el extraño castaño parado frente a mí con un semblante serio entrara en razón.

—Cuando te eche, procura no venir a rogarme— y dicho esto me cerró la puerta en la cara.